Uno de los países que reconozco tener más deseos de visitar y conocer es la Argentina. Refiriéndose tanto a ella como a Brasil, Zweig decía que eran los países del futuro y, tristemente para brasileños y argentinos, parece que casi cien años después de las palabras del austriaco, continúan siendo los países del futuro. Argentina tiene todas las posibilidades imaginables: un territorio enorme, accesos sobrados al mar, tierras riquísimas en todos los recursos naturales imaginables, ausencia de enemigos relevantes que la pongan en peligro y, lo más importante, una población con un elevado nivel de formación. El único problema que la atenaza es que se ha dotado de unas instituciones políticas y económicas desastrosas que la han llevado a ser el eterno país del futuro, pero nunca el país del presente.

Un 50% de la población bordeando la pobreza y un 10% en la miseria más absoluta no son cifras aceptables para un país que no tiene ningún obstáculo real, más allá de la voluntad de sus élites y ciudadanos, para volver a ser una de las economías más solventes del mundo, como ya fue en el pasado y como los argentinos saben tan bien. Qué pasó en Argentina que la llevó a la decadencia y al cuasi-hundimiento perpetuo es algo sobradamente estudiado y debatido que creo que podría resumirse en una palabra: militares. Militares dando golpes de Estado sucesivos y estropeando las cosas cada vez más. Y, de entre todos esos militares, uno en particular: Perón. Aquel que trajo de Italia e impuso en Argentina una versión peculiar del fascismo llamada peronismo. Fascinante habilidad la de esta “ideología”, que consigue hacerse pasar por propia de izquierdas cuando sus orígenes son justamente los opuestos. O quizá no. Precisamente en ese quizá no consistía el fascismo.

Ahora en Argentina ha ganado las elecciones un candidato de dudosa estabilidad mental y de muy interesantes ideas. Interesantes porque supondrían un cambio auténticamente radical de la política argentina del último siglo: reducción brusca del gasto público, recorte de la burocracia, simplificación de la normativa, eliminación de subsidios... Si lo hace y le sale bien, será un ejemplo para todo el mundo. Si le sale mal, Argentina volverá al peronismo y todo volverá a ser igual. No lo tiene fácil. Con que consiga triunfar en una sola de sus medidas en un primer mandato ya será un éxito sensacional. Buena suerte, Argentina. No lo tienes fácil. Pero ojalá triunfes.

*Universidad Autónoma de Barcelona.

QOSHE - Buena suerte, Argentina - Alfredo Ramírez Nárdiz
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Buena suerte, Argentina

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28.11.2023

Uno de los países que reconozco tener más deseos de visitar y conocer es la Argentina. Refiriéndose tanto a ella como a Brasil, Zweig decía que eran los países del futuro y, tristemente para brasileños y argentinos, parece que casi cien años después de las palabras del austriaco, continúan siendo los países del futuro. Argentina tiene todas las posibilidades imaginables: un territorio enorme, accesos sobrados al mar, tierras riquísimas en todos los recursos naturales imaginables, ausencia de enemigos relevantes que la pongan en peligro y, lo más importante, una población con un elevado nivel de formación. El único........

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