Luego de exponer repetidamente a las autoridades de la pasada administración el clamor de los vecinos de Bocala por la solución de los problemas más apremiantes y que han deteriorado considerablemente su calidad de vida, el lunes 28 de febrero celebramos una esperanzadora reunión con participación del secretario del Interior, Distriseguridad, Espacio Público, EPA, alcalde de ña Localidad 1 y el comandante de la Policía, entre otros.

Es evidente que ya no solo nos escuchan, sino que existe la disposición de resolver nuestras calamidades.

Entre las más importantes, podemos resumir las relacionadas con invasión del espacio público, reglamento de playas y control a chivas y yates.

Sobre invasión del espacio público por los vendedores informales y prestadores de servicios turísticos, solicitamos que las empresas que los contratan tengan su Certificado de Existencia y Representación Legal que expide la Cámara de Comercio y a su vez los carneticen previo censo, además de uniformarlos.

Hay que ponerle límite al número de vendedores que hoy actúan sin control generando acoso, desorden e inseguridad en varios puntos de Bocala.

Los precios que ofrecen por sus bienes y servicios deben portarse de manera clara y visible en pesos colombianos y quienes expendan alimentos y bebidas cumplir con parámetros de higiene y salubridad.

Hay que ponerle freno a la proliferación de cuidadores de carros, perfilarlos, ubicarlos, donarle camisetas y vincularlos a la red de informantes de la policía.

En las playas es prioritario sacar adelante un Plan de Organización Integral, colocando vallas con su reglamento, definir aforo de bañistas y vendedores, organizar los quioscos, definir límites de espacio, horarios y disposición de baños.

A los servidores turísticos hay que educarlos para que entiendan la importancia de no matar la gallina de los huevos de oro, censarlos y carnetizarlos, crear el Comité de Playas con asientos para la JAC, comercio, hoteleros y Alcaldía, entre otros.

Concebir contratos de concesión no puede ser una quimera irrealizable o, por lo menos, reservar áreas de playa sin parasoles ni vendedores, en las que puedan disfrutarse sin costo ni acoso.

Y en cuanto a las chivas y yates para servicios turísticos, destinar 2 paraderos con horarios de abordaje y servicio de baños, crear un CAT virtual a través de código QR, controlar la algarabía y volumen de la música, segmentarlas, las que incluyen niños prohibir expendio de licor, pero sobre todo, detener el crecimiento descontrolado, limitándolas en número y calidad del servicio.

Hemos entregado una propuesta muy completa y estructurada que contiene todas nuestras necesidades, esperando que esta vez no solo haya oídos atentos sino acciones concretas.