El economista austriaco Cristhian Felber nos habla de la economía de beneficio común como la respuesta a una alternativa de modelo económico humanista, solidario, responsable ambientalmente y cooperativo que enfrente las distorsiones del mercado de una economía capitalista egoísta, y la promoción impuesta de la lucha de clases en el modelo socialista, supresor de la libertad de empresas. Es decir, con este sistema solidario comunal, traemos la libertad, la confianza y la dignidad al centro del péndulo; son los nuevos valores de la economía para una sociedad solidaria.

En línea con lo anterior, podríamos afirmar que este modelo de economía solidaria ha tomado mucha importancia para enfrentar los desequilibrios sociales y apunta a una mayor equidad y justicia social al incorporar a grupos de personas de las comunidades a procesos productivos económicos. Podríamos decir que pasamos del activismo comunal al emprendimiento comunal. Esta revolución pacífica en Colombia se inicia con contrataciones de mínima cuantía, pero a futuro debe llegar a la mayor cuantía con generación de grandes excedentes que permitan la sostenibilidad de otras obras de importancia para todos los miembros de la comunidad. Es una apuesta innovadora.

En nuestro territorio, la economía comunal desde la expedición de la Ley 743 de 2002, para promover y regular las acciones comunales como organismos sociales democráticos, contemplaba los comités de trabajo empresariales, los cuales funcionaron en algunas partes del país, pero carecieron de una reglamentación especial para contratar con los entes territoriales iniciativas populares de beneficio común para la comunidad.

Con la expedición de la Ley 2166 de 2021, que derogó en todo a la ley comunal anterior, se introdujeron aspectos importantes de contratación que permitirían desarrollar el emprendimiento comunal, mediante las comisiones empresariales que darían vida a las empresas comunales y proyectos asociativos sostenibles.

Pero es con el Plan de Desarrollo Potencia de la Vida que se materializa la importancia de la Junta de Acción Comunal para impulsar las asociaciones público popular, definiendo reglas, requisitos para su creación, contratación, capacitación, registro en el sistema de contratación pública; modalidad de contratación, responsabilidades y actividades a contratar.

Por consiguiente, hoy con el proyecto de decreto de Planeación Nacional para reglamentar las asociaciones público populares, se contará con una política pública inclusiva para generar empleo y riqueza solidaria para los miembros de una comunidad.

El emprendimiento comunal es una realidad; temas sensibles para el desarrollo local como: servicios públicos, fortalecimiento ambiental, cultura, producción de alimentos y eficiencia energética, deben estar contemplados en el Plan de Desarrollo Comunal

Finalmente, realizamos vacas por obras durante mi experiencia como Edil: pavimentamos calles del Barrio España en el gobierno de Nicolás Curi y Guillermo Paniza, alcaldes de Cartagena. Fue una experiencia exitosa.

Con estos cambios, la ciudad necesita de los liderazgos auténticos y comprometidos con los valores de la economía comunal, en beneficio de las aspiraciones más sentidas de las comunidades. ¡No más puya ojos!

¡Economía y democracia YA!

*Economista de Innovación.