Me pregunté muchas veces por qué este dicho era tan falso, al menos en nuestras tierras del poniente, o si era similar en todos los lugares del hemisferio norte. Repetía como un loro esta expresión sin comprenderla, hasta que, finalmente, en una charla distendida con un amigo de tierras ibéricas, Jesús García y García, comprendí el porqué de este apotegma, que no termina en mil, sino en una rima de ese número, la cual revelaré al final de la nota. Este refrán proviene de la madre patria, especialmente de la zona de Castilla, en el centro de España, donde suelen recibir más precipitaciones durante el mes de abril, sin los temporales borrascosos que se dan por esas tierras en otoño, lo que supone un gran alivio para los campos de cultivo. En este mes, al recibir las primeras aguas y según su cantidad, la naturaleza hará prever que los cultivos de las siembras realizadas entre agosto y octubre serán un éxito.

En nuestra colorida Cartagena de Indias, adoptando dichos españoles, la llegada de abril despierta expectativas entre los lugareños. En nuestro espacio se siente una brisa nocturna y un calorcillo sofocante por las mañanas y al mediodía. La temperatura es tema recurrente en las conversaciones, especialmente en los ascensores donde se escucha: “¡Qué calor, veddad!”

El nombre ‘abril’ proviene de ‘aprilis’, derivado del verbo latino ‘apeire’, que significa abrir. Es en este mes cuando la tierra abre su seno para empezar a producir flores y frutos. Inician los liminares de las lluvias en el año, refrescando la ardorosa tierra sedienta y calmando el sol incesante. Las primeras gotas caen con suavidad, como si las aguas dudaran de su intensidad.

Sabemos que se inicia la temporada de lluvias y se espera contemplar el espectáculo, dando inicio a la época de la quejadera perenne de algunos incautos que cada año envían las mismas imágenes de inundaciones por WhatsApp. A día de hoy, especialmente entre aquellos que residimos en las urbes, la lluvia se suele identificar más con las incomodidades que surgen de este fenómeno meteorológico, como retenciones de tráfico mayores o la mera incomodidad de cargar con un paraguas. Estadísticamente sabemos que, en nuestra región, el 40% de las precipitaciones lluviosas del año caen de mayo a junio, y el 60% restante entre agosto y noviembre.

En conclusión, el verdadero refrán es ‘En abril lluvias mil y todas caben en un barril’, haciendo referencia a que, aunque pueda llover más que en otros meses, lo hace solo durante unos días. El clima es caprichoso y algunos abriles son más lluviosos que otros; adicionalmente, Dios quiera y llueva pronto, para que no se encarezca la luz.

¡Bienvenidas las lluvias y las frutas en este hermoso mes del año!

QOSHE - ‘En abril, lluvias mil y todas...’ - César Angulo Arrieta
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‘En abril, lluvias mil y todas...’

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13.04.2024

Me pregunté muchas veces por qué este dicho era tan falso, al menos en nuestras tierras del poniente, o si era similar en todos los lugares del hemisferio norte. Repetía como un loro esta expresión sin comprenderla, hasta que, finalmente, en una charla distendida con un amigo de tierras ibéricas, Jesús García y García, comprendí el porqué de este apotegma, que no termina en mil, sino en una rima de ese número, la cual revelaré al final de la nota. Este refrán proviene de la madre patria, especialmente de la zona de Castilla, en el centro de España, donde suelen recibir más precipitaciones durante el mes de abril, sin los temporales borrascosos que se dan por esas tierras en........

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