Contrastaba su belleza y blancura inmaculada con la toga azafranada que apenas cubría sus hermosas formas. Como todos los días Eos, la hermosa Aurora, emergió de su hogar, allende el mar, para anunciar al mundo la llegada de su hermano Helios, el Sol.

Ese día ella quedó seducida por el más varonil de todos, Titono, hijo del rey de Troya; para colmo de bienes tocaba la lira como el mejor y recitaba poesía a la perfección. La gula concupiscente llevó a la diosa a secuestrar al guapo mortal y suplicarle a Zeus le concediera la inmortalidad a su amado. Y eso hizo el padre de los dioses. Olvidaron ambos, ella en su suplica y Zeus en su concesión, que era fundamental la eterna juventud.

Así, Titono se tornó inmortal, pero fue envejeciendo hasta llegar a tal postración que él y la diosa deseaban la imposible muerte. El mito anterior, surgido de un poema homérico, ha generado múltiples versiones. Yo prefiero aquella en que el rocío matinal no es más que las lágrimas de Aurora mientras Titono, habiéndose convertido en cigarra, recibía el rocío esperando su anhelado y utópico fin.

Traigo a cuento el mito por dos razones. La primera, por la asociación que hizo el doctor Skolnik en 2016 cuando reportó el síndrome de Titono como el que nos ocurre cuando queremos perpetuar a un ser querido en este mundo en contravía de la sana aceptación de nuestra natural condición de mortales. Pero esa es historia de otra columna. La segunda razón es por una elegante edición especial de The Economist sobre la edad de retiro o jubilación, la expectativa de vida, la economía y la salud.

La publicación revisa esto en profundidad mostrando que, en los países de la OCDE, en promedio los años de vida después de la jubilación aumentaron de 12 en 1970 hasta 20 en 2020 a expensas de la expectativa de vida. Pero esto puede variar de 16 en México hasta 25 en Francia. Peor aún, la tasa de dependencia (número de personas mayores de 65 años con relación a número de personas entre 20 y 64 años) aumentará en el mundo de una por cada cinco en 1990 hasta una por cada dos en 2050.

Todo ello impacta y afectará la economía global. The Economist, además, analiza la tendencia de muchos ricos y poderosos que intentan prolongar la vida de dos maneras.

Por un lado, los dueños de Google, Microsoft Amazon y Paypal invierten billonarias sumas en investigaciones para prolongar la vida con buena salud, mientras otros, como Armani, con 89, y Buffet, con 93, reniegan del retiro y siguen trabajando con la ilusión de dar más años a la vida y más vida a los años.

El retiro es una decisión tanto estatal como individual, pero recordemos a Confucio: “Si amas lo que haces, nunca será un trabajo”.

*Profesor Universidad de Cartagena.