Por estos días algunos exigen a nuestros dirigentes presentar sus balances y someterse al escrutinio público. Los gobernantes intentaban pintarnos el cuadro de lo que se debió haber hecho y no se hizo, de lo que no debía hacerse, de lo que se hizo y, finalmente, camuflar lo inexplicable, todo lo que se hizo en contravía del sentido común, el escrúpulo y otras fruslerías éticas. En tales balances de Fin de Año nos deberían decir la importancia, el impacto y las consecuencias de lo que no se hizo y de lo que se hizo mal. En La Fantástica y en nuestra Colombia el balance de lo bueno que se hizo puede resultar un efímero e inane soplido, mientras que resumir lo malo, los entuertos e ineptitudes podría convertirse en una eternidad,.

Sin embargo, por estos días todos, de una u otra forma, nos montamos en el desbocado tren de la alegría, de múltiples celebraciones y dejamos de lado el peso de deberes y contrariedades para intentar vivir de manera liviana tras el dulce velo del olvido. Por estos días pretendemos tomarnos la vida suave, desoyendo advertencias de conflictos o temas profundos. La tendencia universal es dejarlos a un lado y sepultarlos temporalmente bajo la liviana capa de celebraciones, comidas y bebidas y a gozar y solazarnos durante días y noches con el mayor desenfado posible.

Para algunos obtusos como Tomás, el médico protagonista de la hermosa y gigantesca parábola metafórica de Milán Kundera, la vida es más intensamente vivida enfrentando momentos críticos, instantes difíciles, situaciones complejas de gran suplicio y dolor. Pero bueno, Kundera, quien inmortalizó la Primavera de Praga y cuestionó la vida en su obra maestra, “La insoportable levedad del ser”, fue uno de los dolorosos fallecimientos del 2023. Dice el diccionario que levedad es cualidad de leve, sutileza, suavidad. Tengo para mí que Kundera hacía referencia a la segunda acepción de la Real Academia: intrascendencia, insignificancia, futilidad, trivialidad, puerilidad, pequeñez. No existe un manual para la vida liviana, pero por estas calendas intentamos dejar de lado el fardo pesado de pensamientos, problemas, frustraciones, obligaciones, compromisos, perdidas y fracasos para aprovechar las fiestas, comer lo intrascendente, vivir la insignificancia, beber la trivialidad y disfrutar de la puerilidad de esta época liviana con la frugalidad de las ideas.

Las fechas no parecen prestarse para mayor profundidad de análisis. Por ello a mis amables lectores, más que unas felices fiestas, les deseo que celebren con la mayor levedad posible y teniendo en mente al maestro Kundera: “La vida es un lienzo en blanco, y cada día es una nueva oportunidad para pintar un cuadro diferente”.

*Profesor Universidad de Cartagena.

QOSHE - Feliz levedad - Carmelo Dueñas Castell
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Feliz levedad

7 0
20.12.2023

Por estos días algunos exigen a nuestros dirigentes presentar sus balances y someterse al escrutinio público. Los gobernantes intentaban pintarnos el cuadro de lo que se debió haber hecho y no se hizo, de lo que no debía hacerse, de lo que se hizo y, finalmente, camuflar lo inexplicable, todo lo que se hizo en contravía del sentido común, el escrúpulo y otras fruslerías éticas. En tales balances de Fin de Año nos deberían decir la importancia, el impacto y las consecuencias de lo que no se hizo y de lo que se hizo mal. En La Fantástica y en nuestra Colombia el balance de lo bueno que se hizo puede resultar un efímero e inane soplido, mientras que resumir lo malo, los entuertos........

© El Universal


Get it on Google Play