A los 11 años su padre lo dejó bajo el cuidado de uno de sus 16 hermanos como ayudante en la impresión de uno de los primeros periódicos de Norteamérica. Hace tres siglos, con tan solo 18 años, el tiempo no le alcanzaba para jugar, estudiar, trabajar y leer. Por ello diariamente escribía lo que haría al día siguiente en un horario o cronograma de actividades que intentaba cumplir a costa de levantarse temprano y acostarse muy tarde.

Devoraba libros; leía todo cuanto caía en sus manos y la adolescencia la invirtió entre la lectura y la imprenta. Estaba siempre corto de dinero y el bolsillo vacío no le permitía llenar la biblioteca que tanto deseaba. Por ello un buen día, en un trueque perverso decidió volverse vegetariano y el dinero que se ahorraba lo invertía en comprar libros. Trazó una guía de vida que hoy es usada por miles de entrenadores personales que en el mundo entero posan de coach o mentores, y que promueven las 13 virtudes que nuestro héroe intentó cumplir hasta el final de sus días: templanza, silencio, orden, determinación, frugalidad, diligencia, sinceridad, justicia, moderación, limpieza, tranquilidad, castidad, humildad. En lo personal deberíamos tener su lista de propósitos y deseos para 2024 y en positivo esperar que sean realizables y que dependan del esfuerzo y sacrificio personal y no de la suerte, el albur o de los astros. El optimista de siempre aspira que acabe la pasividad global ante genocidios, violencia e injusticias allá y acá, mientras nuestros nuevos gobernantes, recién posesionados, tengan claras sus promesas de campaña, así como la larga lista de carencias, necesidades y frustraciones que acumulan nuestras ciudades y departamentos para unir las unas a las otras en sus propósitos para este año y que al menos intenten volverlas realidad.

La lista puede ser muy larga, pero es sencilla y fácil de hacer por ser lo que todos padecemos diariamente: seguridad, empleo, educación, salud, así como la necesidad de generar sentido de pertenencia, cultura ciudadana y ejecutar los megaproyectos que tanto requieren la ciudad, el departamento y la región. En lo nacional uno puede tener deseos que, inexorablemente, pasan por el sueño que nuestro gobernante tenga entre sus propósitos del 2024 algunas de las 13 virtudes arriba anotadas y que se concretan en recomendaciones de los coach y mentores: dejar de hablar en negativo; evitar criticar y juzgar a los demás; rodearse de gente motivadora y positiva; hacer frente a los conflictos; no buscar la felicidad en lo material; conocerse a sí mismo; e identificar lo que hay que hacer y hacerlo.

Lo decía Benjamín Franklin: “Deja que cada nuevo año encuentre una mejor versión de ti mismo”.