Jacques Lacan fue el psiquiatra y psicoanalista que introdujo complejos conceptos al psicoanálisis freudiano, soportados en la filosofía estructuralista y en la lingüística. Es recordado por su análisis dilucidatorio entre la realidad, lo imaginario, lo simbólico y lo real.

Lo real se refiere a tal y como son las cosas en la naturaleza; la realidad, cómo llegamos a creer que son las cosas por la representación que hacemos de ellas en la mente mediante el lenguaje, donde entran en juego lo simbólico (signos) y lo imaginario (significado), permitiendo que por nuestras experiencias y nuestra cultura cada cosa adquiera un valor emocional y cognoscitivo, y que mediante este juego mental se construya la realidad, por ello existen muchas realidades, pero lo real es uno solo e inamovible.

Las realidades se construyen mediante las palabras (constructivismo o construccionismo), y por último las narrativas, que han entrado en nuestra cultura como recursos que pretenden ser aceptados para explicar la realidad. Si bien es cierto que estos recursos tienen aplicación en el psicoanálisis, en las psicoterapias individuales, de grupo o familiar sistémica, fallan cuando se aplican para conocer o determinar realidades sociales, correspondientes al terreno de la política o la historia.

En estos “tiempos interesantes”, como la sabiduría china llama a los momentos de oscuridad e incertidumbre, en los que nos queda difícil por ausencia de elementos de juicio o por atender narrativas que pretenden desviar la atención de lo importante y prioritario, creando confusión, tal como lo hacen los cefalópodos que se presumen inteligentes pero paradójicamente cargan sus emuntorios en la cabeza y ante las amenazas para su existencia excretan tinta para confundir a su potencial atacante, así como otros animales que expulsan heces en su defensa.

Pero el poder de la caca en la naturaleza es mucho más amplio que la simple defensa, los bosques, selvas y desiertos del mundo son el retrete de los animales que ahí habitan, los cuales, al depositar sus desechos, van regando las semillas de los frutos que consumen, así también la semilla de la mentira queda sembrada en la mente del ciudadano con limitada información, con poco capacidad de análisis o permeados por un sistema de creencias.

Me refiero al caso de la Fiscalía, que viene siendo atacada estratégicamente desde el Gobierno con narrativas que pretenden desprestigiarla, poniendo en duda su transparencia y su imparcialidad, desviando de paso el verdadero debate sobre la violación al tope de la campaña, el origen del dinero y la acusación contra el niño Nicolás. Creo en la probidad del exfiscal Barbosa y de la fiscal Mancera. Igualmente, condeno la presión a la Corte para elegir fiscal, ninguna corte en el mundo democrático actúa bajo presión.

*Psiquiatra.