Una boda importantísima celebraran este verano Alicia Framis y AiLex. Ella, una exitosa artista catalana, diseñadora de plataformas de diversión para interacción creativa; ello, un holograma de inteligencia artificial. Ambos se encuentran trabajando en los preparativos de la boda, listas de invitados, etc. Alicia decidió explorar esta nueva forma de relación humana basándose en algunas existentes, como SIRIS, una asistente para smartphones con quien se puede mantener una relación de estrecha colaboración.

Entrevistada la novia, le preguntaron cómo consiguieron los creadores dotar de una personalidad a AiLex; ella manifestó que tomaron datos positivos de sus relaciones anteriores, tales como videollamadas, conversaciones, tonos de voz, gustos personales complacidos, etc. A la pregunta sobre cómo sostendría una relación sexual, manifestó que habría mucha formas de recrearlas, desde las palabras seductoras, conversaciones eróticas, hasta el empleo de juguetes sexuales. Definitivamente, tengo que reconocer que este mundo está más loco de lo que suponía, como también aceptar que el amor, la fantasía y la creatividad son primas hermanas de la locura.

Mientras tanto Barack y Michell Obama deciden darnos una lección de convivencia, solidaridad y fe en el prójimo -que tanto se ha perdido en estos días- exponiendo sutilezas de la discriminación racial y conduciéndonos a pensar en lo inútil del esfuerzo cotidiano, de la monotonía de la vida y la futilidad de la existencia humana, trayendo al cine el planteamiento de Albert Camus en la película ‘Dejar el mundo atrás’, basada en la novela de Rumman Alam, se describe misteriosos sucesos cataclísmicos relacionados con la caída de las redes de comunicación, se representan eventos impregnados de vivencias de temor que generan una sensación casi abrumadora de ansiedad y nos llevan a explorar lo que sucede cuando la catástrofe nos golpea.

La falta de información por incomunicación al caer las redes telefónicas, el internet y el tele-cable aumenta la incertidumbre y la sensación de desasosiego en las familias protagonistas; nos conduce a reflexionar sobre la dependencia con estas tecnologías de la información y la posibilidad temible que algún día por cualquier factor adverso dejen de funcionar: caída de aviones, barcos gigantes encallados en la playa y otros extraños fenómenos en la naturaleza que presagian un final apocalíptico.

La pregunta es: si el actor de piel oscura que podemos homologar con Barack Obama, quien representa un personaje mejor relacionado e informado, de una clase social más alta que los blanquitos que alquilaron su mansión por un fin de semana, sabe algo oculto acerca de cercanos peligros apocalípticos que acechan al mundo. Hemos dejado un año y un cuatrienio atrás, pero, a diferencia del pesimismo de la cinta, los ciudadanos de esta urbe tenemos la esperanza de una etapa mucho más promisoria.

*Psiquiatra.