La normalización del uso de drogas viene impulsada desde un sector político por pseudointelectuales, con una narrativa engañosa que hace mucho daño social, especialmente a la población joven, quienes encuentran justificación para el uso nocivo de sustancias psicoactivas. El consumo en sus primeras etapas es engañoso, porque el consumidor puede mantenerse productivo, hasta cuando el problema avanza, la dependencia ya no tiene reversa, y la persona alcanza las etapas finales de la adicción.

El adicto utiliza la negación como mecanismo de defensa y una de las formas de negar es minimizar las propiedades negativas de una droga, intenta normalizarlas comparándose con otros adictos. Cuando atiendo a un paciente con esta patología mental, es común que me enrostre: “¿Y usted no se toma sus whiskys o sus vinitos?”. O incluso: “¿Me va a decir usted que nunca ha probado un porro o una rayita?” Pretenden con estas preguntas normalizar su problema. Afortunadamente, para sostener mi honestidad como terapeuta, no soy un usador habitual de alcohol y jamás he tenido experiencia con otras sustancias. Lo que automáticamente se convierte en un: “Ajá, ahora entiendo, usted es un teórico fundamentalista que rechaza el uso de algo sin siquiera haberlo probado”.

El tratamiento de adictos requiere del terapeuta una alta dosis de confianza en sí mismo, de tolerancia y aceptación de las impertinencias del enfermo; así como, del conocimiento acerca de la enfermedad que reúne muchas falacias y paradojas, tantas, como sean los recursos de la mente del otro. Algunas veces me siento como si estuviera luchando con un “demonio interno” que habita en la persona, aunque la experticia consiste precisamente en aprender a manejar los propios para poder ayudar al adicto a manejar los suyos y enseñarle cómo impedir que lo engañen a él.

Una de estas mentiras la escuché de “demonios internos” hablando por la boca del presidente Petro en su discurso ante los Policías de Latinoamérica el miércoles pasado, cuando afirmó una vez más, que ni la marihuana ni la cocaína eran sustancias dañinas para el ser humano y que por razones políticas indebidamente se había criminalizado su tráfico y al consumidor.

Solo en Estados Unidos de Norteamérica, las muertes por sobredosis relacionadas con la cocaína aumentaron de manera constante de 6.784 en 2015 a 15.883 en 2019. De 2019 a 2021, las muertes relacionadas con la cocaína aumentaron casi un 54% hasta alcanzar las 24.486 muertes. (Centro para el Control de las Enfermedades de Atlanta, CDC).

El desarrollo de conductas agresivas se ha puesto de manifiesto con drogas como la cocaína. Estos agentes psicoestimulantes pueden llevar a conductas agresivas, bien por la propia intoxicación o bien por los episodios de psicosis paranoide subsiguientes. (NIDA - Instituto Nacional de Drogas de Abuso USA).

*Psiquiatra.

QOSHE - Los demonios internos mienten - Christian Ayola
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Los demonios internos mienten

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23.11.2023

La normalización del uso de drogas viene impulsada desde un sector político por pseudointelectuales, con una narrativa engañosa que hace mucho daño social, especialmente a la población joven, quienes encuentran justificación para el uso nocivo de sustancias psicoactivas. El consumo en sus primeras etapas es engañoso, porque el consumidor puede mantenerse productivo, hasta cuando el problema avanza, la dependencia ya no tiene reversa, y la persona alcanza las etapas finales de la adicción.

El adicto utiliza la negación como mecanismo de defensa y una de las formas de negar es minimizar las propiedades negativas de una droga, intenta normalizarlas comparándose con otros adictos. Cuando atiendo a un paciente con........

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