La excelencia es un arte ganado a base de entrenamiento y hábito. No actuamos correctamente porque tengamos excelentes virtudes, sino que somos virtuosos porque actuamos correctamente. Somos lo que hacemos repetitivamente. La excelencia, entonces, no es un suceso sino un hábito”. Aristóteles.

Derivada del vocablo en latín “excellentia”, la excelencia es una término que permite resaltar la extraordinaria calidad que convierte a una persona en merecedora de una estima y aprecio elevados en distintos niveles, que van desde los deportes, artes, política entre otros.

La noción de excelencia, por lo tanto, se relaciona a la idea de perfección y a las características sobresalientes. Lo anterior suele señalar a aquello que está por encima del resto de los individuos, y que suelen estar desprovistos de falencias o puntos débiles; pero también puede aplicarse al mundo del consumo, cuando, por ejemplo, un producto es de calidad probada o innovador.

Perseguir la excelencia en algún campo del conocimiento representa una serie de sacrificios que la mayoría de las personas no está dispuesta a realizar y considero que allí precisamente esta el mérito en sí misma, más allá de los galardones, premios o reconocimientos.

No obstante, por más que se disfrute de la propia vocación y se viva esta con total libertad, esto se torna en un ideal bonito y justo, más allá del tener que soportar despiadados concursos o convocatorias para alcanzar la notoriedad pública y, en el mejor de los casos, el reconocimiento y la tan anhelada excelencia; la absurda complejidad de las estructuras creadas por el ser humano vuelve casi imposible, desafortunadamente, luchar contra dichas reglas.

Por otro parte, aunque a veces nos cueste recordarlo, todos somos libres de optar por un camino diferente, ajeno a los títulos y las calificaciones, para cultivar nuestros talentos de forma espontánea y placentera. Y sin lugar a dudas, allí se encuentra el mayor galardón, sin que tengan que premiarnos por ello. Hacer lo correcto, muy a pesar de que para los demás no sea meritorio, es la mayor medalla que nos colgamos en nuestros cuellos, cuando en una sociedad que vive de tanto “oropel” solo ve pequeños quijotes sin pena ni gloria, con alma de soñadores y temple de pescadores.

Solo me resta, con emoción y orgullo, agradecer a la prestigiosa Corporación Excelencia en la Justicia por haberme otorgado el reconcomiendo a la “Excelencia como Defensora pública” de la regional Bolívar. No dudo que habrá mejores que yo, pero significa un gran honor representar a las abogadas y a las académicas cartageneras, que muchas veces de manera silenciosa todavía nos enfrentamos a injustas brechas de género, que endurecen nuestros asensos. ¡No obstante, llegamos!

*Abogada docente investigadora.

QOSHE - La Excelencia - Doris Ortega Galindo
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La Excelencia

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23.11.2023

La excelencia es un arte ganado a base de entrenamiento y hábito. No actuamos correctamente porque tengamos excelentes virtudes, sino que somos virtuosos porque actuamos correctamente. Somos lo que hacemos repetitivamente. La excelencia, entonces, no es un suceso sino un hábito”. Aristóteles.

Derivada del vocablo en latín “excellentia”, la excelencia es una término que permite resaltar la extraordinaria calidad que convierte a una persona en merecedora de una estima y aprecio elevados en distintos niveles, que van desde los deportes, artes, política entre otros.

La noción de excelencia, por lo tanto, se relaciona a la idea de perfección y a las características sobresalientes.........

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