Durante mucho tiempo abogué por que Cartagena contara con una Secretaría de Turismo. Para sustentarlo escribí varias columnas de opinión e informes periodísticos en los que expuse argumentos razonados. Nunca entendí que el destino turístico más importante y anhelado de Colombia, elevado a Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad por la UNESCO y declarado Distrito Turístico de Colombia, no tuviese un ente rector de su principal renglón económico y el más destacado proveedor de empleo.
No visioné nunca una entidad burocratizada y estática, sino una estructurada y capaz de organizar el sector y ejercer la autoridad que requiere un destino de fama internacional como Cartagena, que enfrenta cada día el reto de recibir y atender a miles de visitantes nacionales y extranjeros, que debe mantener una imagen impecable ante el mundo, así como lograr cada día mejores niveles de competitividad.
Por no contar con ese organismo la ciudad fue sobrepasada por la informalidad, el desorden, la bulla, el abuso al turista, la mala práctica de operadores que utilizan el ardid para ganar dinero sin pagar impuestos, así como el accionar de organizaciones poderosas que manejan la prostitución /incluyendo menores de edad/, el tráfico de estupefacientes y las bandas dedicadas a atracar y esquilmar a nativos y visitantes.
El alcalde Dumek Turbay prometió como candidato a la alcaldía que crearía la Secretaría de Turismo y ya como alcalde en ejercicio presentó el proyecto al Concejo distrital y fue aprobado por unanimidad. En breve será nombrada la persona que tendrá la responsabilidad de dirigirla y el personal bajo su cargo, para ejercer las funciones del nuevo organismo distrital.
Turbay busca hacer de la Secretaría de Turismo la más importante dependencia del organigrama distrital. Quiere hacer cosas grandes con ella y ponerla al frente del proceso de recuperación de la grandeza e identidad de la ciudad. Por eso necesita ser fuerte, contar con suficientes recursos normativos, financieros, técnicos, tecnológicos y humanos para que su función sea eficaz y eficiente. La secretaría también necesitará enfrentar algunas cosas aparentemente menores pero que contribuyen a degradar la imagen del destino, bajándole su categoría: buses sin control convertidos en bailaderos ambulantes repartiendo bulla por todas partes y formando escándalos al frente de la iglesia de Bocagrande, guías con poco o nulo conocimiento de la historia de la ciudad /necesitan capacitación urgente/, piratería y venta descarada e ilegal de servicios turísticos, incluidos paseos en lanchas por la bahía sin intervención de la Dimar, desorden y abuso en las playas. Es urgente que comience la era de la Secretaría de Turismo de Cartagena.
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