Dice el refrán que lo último que se pierde es la esperanza. Si hay esperanza, se confía en logar lo anhelado. Si traemos esa máxima a Cartagena, concluimos que la mayoría no confía en las instituciones: Gobierno distrital, Concejo, Policía, Procuraduría, Fiscalía, así como de la política, la justicia, el liderazgo gremial. Pereciera que nadie cree en nada ni en nadie. Todo o mucho se ha ido por las rendijas de la incredulidad generalizada en la ciudad, que por años ha soportado una crisis institucional que tocó fondo cuando el alcalde saliente prefirió la confrontación, la descalificación a ultranza, el lenguaje soez y la inacción administrativa, en lugar de trabajar por mejorar la ciudad.

Es urgente recuperar la esperanza, que traduce confianza. La gente anhela cosas materiales: viviendas, hospitales, servicios básicos, colegios, vías, transporte público, pero también intangibles como la seguridad, la convivencia ciudadana, el respeto, la tranquilidad, un medioambiente sano, todo básico para el buen vivir.

Materializar esas aspiraciones no es fácil. Los desafíos son inmensos y requieren decisión política desde el Gobierno distrital, así como compromiso de los actores institucionales, gremiales, empresariales, académicos, comunales, de la sociedad civil en su conjunto, para rescatar la ciudad de las incertidumbres acumuladas y recientes.

El nuevo alcalde de Cartagena, Dumek Turbay Paz, cumplió un mes al frente de su cargo y, de acuerdo con Cartagena Cómo Vamos, la percepción ciudadana muestra un buen grado de satisfacción por su gestión. Ello se respalda en la acción decidida para retomar el control del Centro Histórico y librarlo de prostitución, drogadicción, escándalos, abusos. También en eliminar el Día sin moto, pico y placa con horarios específicos, arreglo de vías en el sector turístico y otras áreas, búsqueda de facultades ante el Concejo para crear un instituto comunal y la Secretaría de Turismo, convocatoria para enfrentar las altas tarifas de energía eléctrica, búsqueda de apoyos para el sector turístico por parte del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, apoyo del Mintic para contar con aplicación para el turismo, dos centros de inteligencia artificial y conectividad para 50 barrios de la ciudad.

Hay, sin embargo, un factor de alta preocupación: la tasa de criminalidad liderada por el sicariato no cede y constituye el principal dolor de cabeza. Aun así, la recuperación de la confianza y el liderazgo es un activo en crecimiento, lo que se traduce en valor agregado a la cruzada de regresar a Cartagena su grandeza. Construir narrativas de optimismo y formas culturales que jalonen cohesión social es clave para avanzar por el camino correcto.