A menudo pasamos por alto la profunda conexión que existe entre nuestro entorno y nuestra salud mental. Sin embargo, más allá de nuestra incredulidad, esta conexión es real y tiene implicaciones profundas para nosotros como individuos y como sociedad. Basta un sencillo ejercicio para constatarlo: imaginemos un mundo ideal en el que despertamos cada mañana rodeados con un aire puro, con ríos de agua cristalina y con bosques repletos de árboles frondosos. Si un día despertáramos y todo hubiera desaparecido, ¿cómo nos sentiríamos? ¿Afectaría esto nuestro estado de ánimo o nuestro bienestar?

Vivir en un entorno limpio y verde mejora nuestra salud física y nutre nuestra mente. El sonido de las hojas susurrando en el viento, el olor de la tierra después de una lluvia, la vista de un cielo estrellado y otros escenarios que nos permiten esa conexión con la naturaleza pueden tener un efecto calmante y restaurador en nuestra psique. Por eso es importante que recordemos cuidar de nuestro planeta mientras trabajamos para mejorar nuestra salud mental. Después de todo, un ambiente saludable es un gran aliado en esa batalla.

Cada acción cuenta cuando se trata de proteger nuestro entorno y la educación es la clave para fomentar tal conciencia ambiental. Diversas estrategias, como charlas interactivas o talleres prácticos, pueden inspirar a jóvenes y adultos por igual a contribuir al desarrollo sostenible. Aprender sobre la importancia del reciclaje, sobre la conservación del agua y la energía, y sobre la protección de la biodiversidad son cambios en nuestro comportamiento diario que pueden tener un gran impacto en el futuro de nuestro planeta.

Imaginemos nuevamente un mundo ideal, esta vez en el que cada niño es un defensor del medio ambiente, acostumbrado a juegos y lecciones escolares que enseñan el valor de la naturaleza y la importancia de la sostenibilidad, y que sienten amor y respeto por nuestro planeta. Ese no solo sería un escenario con individuos conscientes y responsables que valorarán y cuidarán su entorno, sino también un escenario que promueve una adecuada salud mental.

No hay mejor regalo para futuras generaciones que un mundo saludable y sostenible en el que puedan crecer y tener un desarrollo integral que no deje por fuera elementos tan importantes como la manera en la que pensamos y regulamos nuestras emociones. No podemos olvidar que la salud mental y la salud de nuestro medio ambiente están intrínsecamente conectadas.

Las opiniones aquí expresadas no comprometen a la UTB ni a sus directivos.

*Profesora del programa de Psicología, UTB.

QOSHE - Cuidado del ambiente y salud mental - Elsy Domínguez De La Ossa
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Cuidado del ambiente y salud mental

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26.01.2024

A menudo pasamos por alto la profunda conexión que existe entre nuestro entorno y nuestra salud mental. Sin embargo, más allá de nuestra incredulidad, esta conexión es real y tiene implicaciones profundas para nosotros como individuos y como sociedad. Basta un sencillo ejercicio para constatarlo: imaginemos un mundo ideal en el que despertamos cada mañana rodeados con un aire puro, con ríos de agua cristalina y con bosques repletos de árboles frondosos. Si un día despertáramos y todo hubiera desaparecido, ¿cómo nos sentiríamos? ¿Afectaría esto nuestro estado de ánimo o nuestro bienestar?

Vivir en un entorno limpio y verde mejora........

© El Universal


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