El pasado martes la Corte Suprema de Justicia eligió a la abogada Luz Adriana Camargo Garzón como la nueva fiscal general de la Nación. Hecho que puso fin a una generalizada polémica, caracterizada por acalorados debates entre quienes exigían una pronta deliberación y los que albergaban la esperanza de dilatarla.

La Fiscalía General nace con la Constitución Política de 1991, esta indica que el fiscal general será elegido para un período de cuatro años por la Corte Suprema de Justicia, de terna enviada por el presidente de la República. Para ejercer este cargo, se debe cumplir con las mismas calidades que le son exigidas a un magistrado de la alta Corte.

Dentro de las funciones principales está la de adelantar el ejercicio de la acción penal, realizar la investigación de los hechos que revisten características de delito, participar en el diseño de la política del Estado en materia criminal y presentar proyectos de Ley al respecto. Es un hecho indiscutible que esta institución tiene mucho poder y que en manos inadecuadas puede causar un daño a la democracia y a las garantías fundamentales, pues, usar el sistema jurídico penal como herramienta de persecución política, ideológica o de cualquier otra índole, representa un atentado sensible a los cimientos de la Nación.

Para regentar esta dignidad no son suficientes los requisitos académicos y de experiencia profesional a los que aluden la Constitución y la Ley, sino que toca emprender un extraño camino de peripecias, en donde se superan obstáculos, siempre y cuando se cuente con la fortuna necesaria, misteriosa e inexplicable. Como es el presidente quien terna, corresponde tener ese voto de confianza y, muy pocas veces, un jurista tiene de amigo a un mandatario de ese nivel y que, además, lo considere para un cargo de esa naturaleza. Pero, paradójicamente, el dirigente sí tiene cientos de amigos a quienes puede postular. Superar este filtro implica ser muy afortunado.

Luego de ternado, vienen más retos. El primero, convencer a la mayoría de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia, lo que se logra no solo con la hoja de vida, sino con un manejo prudente de relaciones. Pero, adicionalmente, debe ser bien recibida por la opinión pública (lo que dependerá de los intereses de las masas con posibilidad de expresión en los medios de difusión), pues, si hay una pequeña mácula, incluso de familiares o allegados, que pueda ser usada como combustible de críticas, ello puede influir en la trascedente decisión.

Una vez se hace la designación se deberán enfrentar los embates de las demandas. En términos generales ser elegido fiscal general representa algo parecido a que te caigan tres rayos encima el mismo día sin que te maten o ganarse el baloto ocho veces en el mes. Lo importante es que una vez se dé ese designio divino, se sepa aprovechar ejerciendo con dignidad esa magnánima función constitucional.

*Abogado.

QOSHE - Baraka - Enrique Del Río González
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Baraka

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19.03.2024

El pasado martes la Corte Suprema de Justicia eligió a la abogada Luz Adriana Camargo Garzón como la nueva fiscal general de la Nación. Hecho que puso fin a una generalizada polémica, caracterizada por acalorados debates entre quienes exigían una pronta deliberación y los que albergaban la esperanza de dilatarla.

La Fiscalía General nace con la Constitución Política de 1991, esta indica que el fiscal general será elegido para un período de cuatro años por la Corte Suprema de Justicia, de terna enviada por el presidente de la República. Para ejercer este cargo, se debe cumplir con las mismas calidades que le son exigidas a un magistrado de la alta Corte.

Dentro de las funciones principales está la de adelantar el........

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