El amanecer llega lentamente, pero el ocaso es rápido”. Alice B. Toklas. La vida es cíclica y compleja, se compone de momentos que se deshacen de inmediato, de instantes que fenecen y de otros que germinan con el mismo destino. Todo lo que empieza termina y en ese devenir el ser humano cauto adquiere la experiencia de los fenómenos percibidos. Me declaro observador de la sociedad y de sus laberintos, de las acciones y las reacciones humanas; más que mirar desprevenidamente, contemplo, por eso me atrevo a escribir algunas líneas con la pretensión genuina de que estas lleguen al alma del lector.

El alba se asocia con la felicidad, es el nacimiento, el primer destello de luz solar que anuncia la llegada del día que incursiona acompañado de la esperanza. Nadie espera el acecho temprano de la tragedia, aunque a veces ocurre, el optimismo es más enérgico en el albor, mientras en el ocaso es común que pulule la tristeza que supone el fin. Recordar el pasado alegre sin reflejo presente puede reconfortar o amargar el espíritu.

Esto es así en todos los segmentos vitales, pero, en la transmisión del mando político podemos evidenciar la confluencia de los dos fenómenos. La aurora para los dignatarios electos: en ellos habita la ilusión, la alegría y las expectativas de éxito. Expelen una flagrante luz frontal que atrae, cual abejas al panal, a un cúmulo de adeptos que pretenden energizarse con el poder democrático. Quien adquiere el bastón de mando nunca estará solo, aunque esté solo. Siempre será cercado por una muchedumbre avivata en su mayoría.

Para confirmar la afirmación anterior es suficiente con mirar las circunstancias del mandatario que va de despedida, a quien lo envuelve el ocaso, deambula solitario y sin respeto en la penumbra, esa que produce un poder desgastado, que ya no es atractivo para las aves de rapiña que ahora imprimen su atención en captar un bocado en la flamígera fuente. Con la inminente puesta el sujeto partirá desnudo de afecto al encuentro con la realidad más segura, la ingratitud. Y entonces la nostalgia será la constante, dará sus lecciones y reprimendas, como lo dijo Emil Cioran: “La nostalgia, más que nada, nos da el estremecimiento de nuestra propia imperfección”. Justamente por eso es imperativo tener la inteligencia, agudeza y tino necesario para mirar a través del prisma imantado del poder, ese que embriaga, nubla, ciega e incluso corrompe. No es fácil conseguir una amistad leal y sincera en la cúspide, en ese peldaño transita la hipocresía, el engaño, los intereses y los sentimientos efímeros, raudos como el paso del alba y la llegada del ocaso.

Hoy podemos evidenciar los dos senderos y los dos caminantes. El uno parte desalineado al reencuentro amargo con la verdad; el otro camina erguido hacia el peligroso mundo de la mentira.

*Abogado.

QOSHE - Del alba al ocaso - Enrique Del Río González
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Del alba al ocaso

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21.11.2023

El amanecer llega lentamente, pero el ocaso es rápido”. Alice B. Toklas. La vida es cíclica y compleja, se compone de momentos que se deshacen de inmediato, de instantes que fenecen y de otros que germinan con el mismo destino. Todo lo que empieza termina y en ese devenir el ser humano cauto adquiere la experiencia de los fenómenos percibidos. Me declaro observador de la sociedad y de sus laberintos, de las acciones y las reacciones humanas; más que mirar desprevenidamente, contemplo, por eso me atrevo a escribir algunas líneas con la pretensión genuina de que estas lleguen al alma del lector.

El alba se asocia con la felicidad, es el nacimiento, el primer destello de luz solar que anuncia la........

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