El coro inicial de la ‘Pasión según San Mateo’, de Bach, debió mover fibras complejas en el público de su estreno en 1727. Dos formaciones idénticas, coro y orquesta, se oponen y complementan desde cada lado del templo en un lamento de intensidad casi católica, cristalizado en una forma austera, eminentemente protestante. De entre el tumultuoso contrapunto surge una melodía que todos reconocen: es el coral ‘O Lamm Gottes, unschuldig’, que figura en el Primer Himnario Luterano de 1524. La melodía se atribuye a Nikolaus Decius, discípulo de Lutero, aunque tiene raíces anteriores. Encaja milagrosamente, presidiendo sobre el debate filosófico que enfrenta en sonido a ambos conjuntos.

En su obra, Bach empleó con singular ingenio el ‘cantus firmus’: técnica medieval consistente en usar melodías previas como base de una composición polifónica. En vez del canto gregoriano de Roma, Bach usó las melodías que Lutero y sus discípulos recopilaron para los himnarios reformados. Escogían canciones que el pueblo ya conocía y les recomponían una letra litúrgica, o alguna paráfrasis bíblica. Al clavar Lutero sus 95 Tesis en Wittemberg, pocos europeos sabían leer; con estos, el invento de Gutenberg ayudó a propagar las ideas, pero con la mayoría hubo que acudir a medios alternos de divulgación. Lutero utilizó el Arte, y en especial el poder galvanizador de la música, para configurar un repertorio accesible y moderno como instrumento fundamental de referencialidad y de culto. Siglos después, Bartók y Kodály recogían folclor con sus primitivos gramófonos para transcribirlo con respetuosa precisión y ungirlo en piedra angular de una identidad musical inédita, mientras Ives recurría a las citas musicales más heteróclitas para reimaginar su América.

Con la champeta sinfónica, no me planteé el arreglo convencional de los temas, sino el uso de esas melodías como cantus firmi para composiciones sujetas a varios procesos formales, armónicos y agógicos avanzando en paralelo. Así, la obra cambia según quién la perciba y su familiaridad con los cantus firmi y con la música sinfónica. Es factible que el público del estreno de mi ‘Pickó Sinfónico’ en 2018 no reparase en la naturaleza de lo que sostenían las melodías ni captase las decenas de citas del repertorio orquestal, incluidos 19 compases de ‘La Consagración de la Primavera’, de Stravinsky que seguramente nunca habían sonado en Cartagena; toda vez, siempre tuvo el referente de un cantus firmus criollo, técnica que bauticé como ‘cantus fim’me’, y por eso pudo gozar fenomenológicamente esa noche y cantar ‘Paola’, como los británicos entonan el ‘Jerusalem’ de Parry el último día de los Proms. El recurso de emplear lo popular y reconocible como complemento de pedagogía masiva no es nuevo, y conviene valerse de él para forjar un público.

QOSHE - Lutero y lo reconocible - Francisco Lequerica
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Lutero y lo reconocible

11 10
13.04.2024

El coro inicial de la ‘Pasión según San Mateo’, de Bach, debió mover fibras complejas en el público de su estreno en 1727. Dos formaciones idénticas, coro y orquesta, se oponen y complementan desde cada lado del templo en un lamento de intensidad casi católica, cristalizado en una forma austera, eminentemente protestante. De entre el tumultuoso contrapunto surge una melodía que todos reconocen: es el coral ‘O Lamm Gottes, unschuldig’, que figura en el Primer Himnario Luterano de 1524. La melodía se atribuye a Nikolaus Decius, discípulo de Lutero, aunque tiene raíces anteriores. Encaja milagrosamente, presidiendo sobre el debate filosófico que enfrenta en sonido a ambos conjuntos.

En su obra,........

© El Universal


Get it on Google Play