Hace unos días el ministro de Salud de nuestro país expresó que los colombianos hicimos parte del más grande experimento mundial al referirse a la vacuna contra en nuevo coronavirus SARS-CoV-2, causante de la pandemia de la COVID-19. Reacciones en su contra de científicos y asociaciones médicas y científicas no tardaron en llegar. Su manifestación contrasta severamente con la información oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el órgano político y medicocientífico de mayor relevancia.

En 2011, Steve Jobs, de 56 años, murió de un cáncer de páncreas, uno de los más agresivos. Durante 9 meses, el cofundador de Apple rechazó el tratamiento científico, tiempo que habría sido valioso para el manejo médico-quirúrgico que le fue ofrecido. Su biógrafo Walter Isaacson, quien tenía la autorización de Jobs para su biografía, dijo en una entrevista: “Trató de combatir el cáncer con dietas alimentarias; iba a espiritistas y se negaba a ser operado”. Posteriormente dice: “Él quería hablar sobre cuánto lo lamentaba. Yo creo que él sentía que debía haber sido operado antes”.

La Asociación Médica Mundial (WMA, siglas en inglés), entidad que, en la Declaración de Ginebra, emitió la promesa médica o el moderno Juramento Hipocrático en el año 2020 en su asamblea mundial número 71, también acuñó la Declaración de la AMM sobre las pseudociencias y pseudoterapias en el campo de la salud. En este documento define pseudociencia y pseudoterapia y hace unas recomendaciones para las autoridades sanitarias para sus miembros y médicos en general.

La pseudociencia es una falsa creencia o práctica que, sin seguir el método científico, se presenta como científica o basada en la evidencia; la pseudoterapia es la falsa terapia cuya pretendida finalidad es curar, aliviar o mejorar la salud con procedimientos o sustancias sin respaldo de evidencia científica actualizada que puede llegar a producir daño. Este tipo de prácticas no son nuevas, todo el tiempo han existido y continúan provocando daño, inclusive prodigadas o sustentadas por pacientes y charlatanes, pero también por médicos que gozan de un elevado poder y autoridad lo que potencializa la desgracia, como en los claros ejemplos expuestos en los primeros párrafos. No olvidar que en medicina existe el principio: primum non nocere (ante todo no hacer daño).

Todo se acrecienta ahora con la exagerada exposición de los ciudadanos al internet y las redes sociales donde hierve una larga cantidad de teorías y tratamientos “naturales” y casi mágicos (ni por algo tan sospechoso el escepticismo aflora, sino que brilla por su ausencia) sin fundamento, sin marco teórico que las soporte, ni evidencia rigurosa... Desde lo público hacen falta marcos regulatorios claros, explícitos para luchar contra esta “infodemia”.

Recientemente en EE. UU. sucedió con Prevagen, un suplemento promovido por la industria farmacéutica para la salud cerebral, que contiene una proteína derivada de una medusa y según la empresa “se ha comprobado clínicamente que mejora la memoria”... “Un ensayo doble ciego controlado con placebo, sin precedentes, demostró que Prevagen mejoró la memoria corto plazo, el aprendizaje y el recuerdo retardado en 90 días”. Sin embargo, al revisar el estudio, no solo se reveló que Prevagen no mejoró la memoria, el aprendizaje o el recuerdo, en comparación con el placebo, sino que tampoco mostró una mejoría importante en ninguna de las 9 funciones cognitivas evaluadas. Los propios estudios de la empresa mostraron que la proteína de medusa se digería de manera rápida por las enzimas digestivas (ni siquiera se absorbía). La Comisión Federal de Comercio (FTC), algo así como la Confederación de Consumidores en Colombia, y el Fiscal General del estado de Nueva York presentaron una demanda de protección al consumidor en la que acusaban a la empresa de hacer afirmaciones falsas y sin fundamento. Esta empresa llegó a un acuerdo en 2020 con la FTC en relación con una demanda colectiva por prácticas comerciales engañosas y publicidad falsa. En este caso no solo se trató de un desperdicio de dinero, sino que se citó al fabricante por no notificar a la FDA más de mil efectos adversos relacionados con los consumidores. (NutritionFacts.org)

En el pasado las pseudoterapias eran vistas como inofensivas, pero hay suficientes pruebas que suponen un peligro para la seguridad del paciente, además existe el riesgo de que los enfermos abandonen las terapias médicas o medidas de prevención que han demostrado ser efectivas lo que ocasiona el fracaso de tratamientos en enfermedades graves e incluso la muerte (conozco casos). Las terapias complementarias, que son solo eso, un complemento al tratamiento principal, pero que aportan beneficios (terapias nutricionales, de confort o bienestar, ambientales y de relax, de apoyo o refuerzo psicoterápico, de uso de placebos), deben ser explícitamente reguladas. Además, con políticas públicas que actualicen la educación media y básica debe atacarse el analfabetismo científico y enseñar los principios más elementales del método científico y la valoración critica de la publicidad en asuntos de salud y sus fuentes.

La educación universitaria de profesiones de la salud debe incrementar la formación en la identificación de las pseudociencias y pseudoterapias, las falacias lógicas y los sesgos cognitivos para aconsejar bien a los pacientes (conozco un caso muy reciente de una paciente que en un cementerio tuvo contacto con un animal desconocido, ella sospecha que un caracol, pero bien pudo ser un ciempiés o un ofidio, que le produjo una reacción alérgica local, infecciosa y con necrosis de tejido y el médico que la atendió la envió a un curandero: ¡Oh, sorpresa!).

Desde luego que también existen errores y fallas éticas de investigación que generan desconfianza en la ciencia, producto de sucesos científicos desafortunados, como el, imposible de olvidar, experimento de Tuskegee entre 1932 y 1972 para estudiar la sífilis, otro caso como el del premio Nobel Linus Pauling y su medicina orto-molecular; Francis Crick, otro Nobel, y su posterior teoría pseudocientífica de la panspermia dirigida. El científico que más daño hizo a los programas de vacunas fue el fallecido Nobel Luc Montagnier, nada menos que el co-descubridor del virus del sida, quien aseguraba que el sida puede curarse con una nutrición adecuada, además respaldó el bulo que asocia a las vacunas con el autismo y publicó artículos que defienden la supuesta memoria del agua. Y así como ellos, muchos casos que dejaré para una próxima reflexión.

QOSHE - Pseudociencias y pseudoterapias - Gonzalo J. García
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Pseudociencias y pseudoterapias

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12.12.2023

Hace unos días el ministro de Salud de nuestro país expresó que los colombianos hicimos parte del más grande experimento mundial al referirse a la vacuna contra en nuevo coronavirus SARS-CoV-2, causante de la pandemia de la COVID-19. Reacciones en su contra de científicos y asociaciones médicas y científicas no tardaron en llegar. Su manifestación contrasta severamente con la información oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el órgano político y medicocientífico de mayor relevancia.

En 2011, Steve Jobs, de 56 años, murió de un cáncer de páncreas, uno de los más agresivos. Durante 9 meses, el cofundador de Apple rechazó el tratamiento científico, tiempo que habría sido valioso para el manejo médico-quirúrgico que le fue ofrecido. Su biógrafo Walter Isaacson, quien tenía la autorización de Jobs para su biografía, dijo en una entrevista: “Trató de combatir el cáncer con dietas alimentarias; iba a espiritistas y se negaba a ser operado”. Posteriormente dice: “Él quería hablar sobre cuánto lo lamentaba. Yo creo que él sentía que debía haber sido operado antes”.

La Asociación Médica Mundial (WMA, siglas en inglés), entidad que, en la Declaración de Ginebra, emitió la promesa médica o el moderno Juramento Hipocrático en el año 2020 en su asamblea mundial número 71, también acuñó la Declaración de la AMM sobre las pseudociencias y pseudoterapias en el campo de la salud. En este documento define pseudociencia y pseudoterapia y hace unas recomendaciones para las autoridades sanitarias para sus miembros y médicos en general.

La pseudociencia es una falsa creencia o práctica que, sin........

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