Premonitoriamente, seis días después del magnicidio de Jorge Eliecer Gaitán –45 años de edad– ‘El Caudillo del Pueblo’, en el hogar de Samuel Daza y Palmina Daza nació Octavio De Jesús (San Juan del Cesar, Guajira, abril 15 de 1948 - Barranquilla, enero 12 de 1980), ‘El Poeta del Pueblo’, y aún cuando se completan 75 y 44 años, respectivamente, de tan dolorosos homicidios, no hubo ni habrá un solo preso.

Octavio hace parte del Olimpo reservado a los genios del folclor vallenato: cada una de sus palabras y versos son perpetuos, amalgamando, en el mismo lienzo sonoro, miradas de diosas y acuarelas nostálgicas de su pueblo.

San Juan del Cesar, municipio guajiro encantador que conocí como médico rural, hace más años de los que quisiera, reposa plácidamente en un valle resguardado por la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá.

Tempranamente su familia se mudó a Patillal (corregimiento en el municipio de Valledupar), tierra de leyendas vivientes como Rafael Escalona y Jaime Molina, y ahí empapó su alma con el sortilegio de la poesía y los cantos vallenatos.

San Juan y Patillal aún lloran al malogrado compositor, quien a sus 32 años, en la flor de su juventud y creatividad, dejó joyas inolvidables: ‘Frente a mí’, ‘Río Badillo’, ‘Mi novia y mi pueblo’, ‘Tierra de cantores’, ‘Dime pajarito’, ‘Nido de amor’, ‘De rodillas’ y el reclamo lastimero: ‘¡Oye tú!’, en la voz enérgica y sensible de Jorge Oñate, el ‘Ruiseñor del Cesar’.

Ingeniero civil (Universidad Santo Tomas, Bogotá), dedicó toda su energía creadora a enriquecer el folclor vallenato, orgullo de este país que, paradójicamente, es de los más violentos del Universo y, comenzando este año con hedor a pólvora en los cinco continentes, madrugué a buscar antídotos, recordando al Octavio esperanzado cuya música y poesía aplacaran el grito de la metralla: ancianos, viudas y huérfanos masacrados por avaricia, odios y fanatismos politicos-religiosos, mientras potencias nucleares miran para otro lado a punto de exterminar a Ucrania y Palestina, y miles de colombianitos sucumben, junto a millones en todo el planeta, carcomidos por hambre, miseria y corrupción, gasolina de guerras y migraciones.

Sí, es verdad, en esta época de fusiles inclementes y esperanzas efímeras de inspiración y dulces recuerdos, solicité licencia a los dioses vallenatos implorando me permitieran parodiar, a los cuatro vientos, el reclamo lastimero de Octavio Daza, ahora en medio del caos que nos aniquila: “¡Oye Tú! no juegues con mi vida”.

¡Oye tú!, camandulero de día, vampiro de noche: ni te atrevas a tocarle un cabello a nuestros niños; ¡Oye tú, mercader sin miga de conciencia, respeta cada grano en los comedores escolares, única comidita; ¡Oye tú!, educación, salud, justicia y trabajo dignos son Derechos, no atajos de lágrimas y espinas.

QOSHE - ‘¡Oye tú!’ - Henry Vergara Sagbini
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‘¡Oye tú!’

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08.01.2024

Premonitoriamente, seis días después del magnicidio de Jorge Eliecer Gaitán –45 años de edad– ‘El Caudillo del Pueblo’, en el hogar de Samuel Daza y Palmina Daza nació Octavio De Jesús (San Juan del Cesar, Guajira, abril 15 de 1948 - Barranquilla, enero 12 de 1980), ‘El Poeta del Pueblo’, y aún cuando se completan 75 y 44 años, respectivamente, de tan dolorosos homicidios, no hubo ni habrá un solo preso.

Octavio hace parte del Olimpo reservado a los genios del folclor vallenato: cada una de sus palabras y versos son perpetuos, amalgamando, en el mismo lienzo sonoro, miradas de diosas y acuarelas nostálgicas de su pueblo.

San Juan del Cesar, municipio guajiro encantador que conocí como médico rural, hace más........

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