Hace varios años, en calidad de Defensor del Paciente, tuve el honor de acompañar a don Juan Gossaín, como ponente, al foro organizado por la Asociación de Jueces y Fiscales de Cartagena en la Cámara de Comercio de Cartagena: ‘Uso y abuso de la tutela’, herramienta constitucional expedita que permite a los colombianos, sin distingo, exigir protección del Estado a sus 23 Derechos Fundamentales, entre ellos: vida, salud, libre locomoción, seguridad social, intimidad, vivienda digna, educación, libertad de expresión y conciencia, integridad física, psíquica y moral.

El moderador del evento expresó su preocupación por la avalancha de ciudadanos que, recurren a la Tutela como tabla de salvación a sus Derechos, congestionando los despachos judiciales.

Don Juan replicó inmediatamente recordando que la solución no son más talanqueras para disminuir el flujo de tutelas, es preciso fortalecer y aumentar el talento humano de la Justicia Ordinaria haciéndola pronta, oportuna, eficiente y alzando al límite sus roncos decibeles, exclamó: - “Sin justicia no hay democracia y, si me lo permiten, agregaría un Derecho más a los consagrados en la Constitución del 91: ‘DERECHO A EMPUTARSE’, a envalentonarse exigiendo respeto a la dignidad humana. Emputarse no es sinónimo de violencia, sino de mostrar carácter, ‘¡encaraginarse!’, reaccionando de inmediato frente a la injusticia como lo hacen nuestros campesinos de las sábanas de Bolívar, Sucre y Córdoba; puto out, como dicen los gringos”.

Ahora que la pasividad se apoderó de nuestras comunidades, socavadas en sus Derechos Fundamentales, retornaron los pertinentes argumentos de don Juan.

Cartagena de Indias, víctima perenne de saqueo y abandono oficial, caldo de cultivo de violencia desenfrenada, microtráfico, extorsión, sicariato, desempleo, prostitución, subasta de niños, salud y educación harapientas; sin embargo, curiosamente nadie se inmuta, mejor dicho, NADIE SE EMPUTA, frente a vergonzosa realidad.

70 mil tugurios, 40 de los 42 puestos y centro de salud deteriorados, algunos en ruinas; 75% de colegios, escuelas oficiales agonizantes, insulto a nuestra infancia; y uno se pregunta, desde los dientecitos de leche: ¿Qué se hizo la plata?, ¿dónde estaban alcaldes, secretarios, concejales, ediles, líderes que resucitan cada cuatro años, expertos en compra-venta de conciencias electorales.

¿Alguien sabe en qué lugar se esconden Acciones Comunales, profesores sindicalizados, padres de familia?

A Cartagena, ‘ciudad fallida’, le castraron todos sus Derechos Fundamentales incluyendo el de ‘emputarse’. Sí, aquí, sin justicia ni dolientes, el purgatorio se recalienta y oscurece al son de orgásmica champeta. Y, ¿cómo recuperar la dignidad perdida? “Resistencia Pacífica”, predicaba Gandhi, “Pararse en la raya y amarrarse los calzones”, recomienda Gossaín.

QOSHE - Derecho a emputarse - Henry Vergara Sagbini
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Derecho a emputarse

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19.02.2024

Hace varios años, en calidad de Defensor del Paciente, tuve el honor de acompañar a don Juan Gossaín, como ponente, al foro organizado por la Asociación de Jueces y Fiscales de Cartagena en la Cámara de Comercio de Cartagena: ‘Uso y abuso de la tutela’, herramienta constitucional expedita que permite a los colombianos, sin distingo, exigir protección del Estado a sus 23 Derechos Fundamentales, entre ellos: vida, salud, libre locomoción, seguridad social, intimidad, vivienda digna, educación, libertad de expresión y conciencia, integridad física, psíquica y moral.

El moderador del evento expresó su preocupación por la avalancha de ciudadanos que, recurren a la Tutela como tabla de salvación a sus Derechos,........

© El Universal


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