Los santos evangelios nos ofrecen versículos que invitan a la paz como don de Dios y tarea de los seres humanos. La expresión en labios de Jesús: “Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se las doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo” (Jn 14,27) viene a tocar el fondo de nuestra sensibilidad cristiana y católica para comprender que mientras la paz no se construya a partir de la búsqueda sin cuartel de la justicia del Reino, lo demás no vendrá por añadidura (Mt 6,33) porque “el Reino de Dios no es cuestión de comida ni bebida, sino de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Rom 14,17). Expresiones que contrastan con la racha de violencia generada por las guerras entre países o en los mismos países.

Más de un Premio Nobel de economía ha señalado que el creciente aumento de la pobreza en el mundo es una bomba de tiempo que hará explotar situaciones de violencia por aquí y por allá. La dolorosa situación que pasa el país hermano de Ecuador nos señala lo explosiva que puede ser una la reacción de tantos grupos de uno u otro tenor que buscan imponer su poder ante el dinero cueste lo que cueste. Ya nos advierte la primera carta a Timoteo que los que “quieren hacerse ricos caen en la tentación como en una trampa y se ven asaltados por muchos deseos insensatos y perjudiciales, que hunden a los hombres en la ruina y la condenación. Porque el amor al dinero es raíz de toda clase de males y hay quienes, por codicia, se han desviado de la fe y se han causado terribles sufrimientos” (1Tim. 6, 9-10).

Las propuestas de la denominada economía de Francisco urgen la necesidad de una nueva manera de relación al capital y al dinero, que ha sido la lucha del papa Francisco desde su llegada al ministerio de Pedro; estas son un desafío para la humanidad si no queremos ver que sigan por aquí y por allá fenómenos de violencia y malestar que reclaman que urge regir al pueblo con justicia y a los humildes con rectitud, si no queremos que ese pueblo agobiado por tanta injusticia justificada explote manipulado por izquierdas o derechas, mafias y demás.

Lo sucedido hace poco tiempo en el país cuando se realizaron actos vandálicos, no solo en Bogotá, sino en varias ciudades, no ha calado lo suficiente en la conciencia católica de Colombia. Queremos seguir como si nada hubiera sucedido a pesar de ser hoy testigos de las consecuencias de aquellos días. El dicho popular “guerra avisada no mata soldado” nos viene muy a tono con la expresión de Jesús acerca de los signos de los tiempos: “Son capaces de interpretar cuándo va a llover y cuando el viento sopla del sur, dicen que va a hacer calor y lo hace. ¡Hipócritas! Si saben interpretar tan bien el aspecto del cielo y de la tierra, ¿cómo es que no saben interpretar el tiempo en que viven? (Lc 12,54-56).

*Teólogo, Parroquia Santa Cruz de Manga.

QOSHE - Guerra avisada - Ignacio Antonio Madera Vargas
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Guerra avisada

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14.01.2024

Los santos evangelios nos ofrecen versículos que invitan a la paz como don de Dios y tarea de los seres humanos. La expresión en labios de Jesús: “Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se las doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo” (Jn 14,27) viene a tocar el fondo de nuestra sensibilidad cristiana y católica para comprender que mientras la paz no se construya a partir de la búsqueda sin cuartel de la justicia del Reino, lo demás no vendrá por añadidura (Mt 6,33) porque “el Reino de Dios no es cuestión de comida ni bebida, sino de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Rom 14,17). Expresiones que contrastan con la racha de violencia generada por las guerras entre........

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