Si ahora mismo le pidieran que mencionara una empresa que le inspire confianza, ¿cuál sería? Si logró contestar esta pregunta con absoluto convencimiento, le pediría ahora que tratara de describir, al menos tres aspectos que hacen que usted confíe en esa empresa. Si ya los tiene muy claros, se hará mucho más sencillo saber qué de todo eso positivo que hace esta empresa, le afecta en su vida diaria, si usted realmente cree que hay una empresa que le genere valor más allá de asociarlo con un beneficio económico.

No es fácil y por eso hoy, la construcción de confianza está en el centro de la estrategia empresarial. Precisamente, en los grandes escenarios del mundo y en espacios aún más locales, la confianza se ha convertido en eje de conversación, reflexión y debate.

En la 54ª edición anual del Foro Económico Mundial, en Davos, realizado este año, el lema fue ‘Reconstruir la confianza’, teniendo en cuenta aspectos claves como la transparencia, la coherencia y la responsabilidad como desafíos que tienen las empresas, mucho más aquellas que creen en el poder del trabajo articulado con la sociedad y el Estado.

En la configuración que hoy se hace de la estrategia empresarial, no solo se encuentra el compromiso de lucha contra el cambio climático, la inteligencia artificial, o la marcada incertidumbre económica, sino la construcción de capital reputacional con la confianza como punta de lanza.

Así que, además de pensar en la eficiencia y efectividad en la gestión de los recursos, el llamado hoy es a ser capaces de garantizar el relacionamiento con la sociedad, lo cual lleva como factor indispensable un altísimo desarrollo de habilidades de comunicación. La capacidad de generar cercanía y de esta manera sumar en la construcción de confianza es lo que marca la diferencia entre organizaciones y profesionales con visión de futuro, y aquellos que se han quedado en una visión puramente mecanicista de los procesos empresariales.

La exigencia sobre las empresas aumenta cada vez más y no es para menos, pues de acuerdo con diferentes mediciones que se realizan a nivel global y nacional, las empresas son las instituciones que más confianza están generando en la ciudadanía; una medición de referencia es el Edelman Trust Barometer, que de acuerdo con los resultados 2024 ratifica a la empresa como una institución en la que las personas confían, dejando ver además que se espera mucho de ellas como agentes de cambio.

En tiempos en los que se busca innovar para garantizar diferenciales en servicios y productos, bien vale la pena innovar desde adentro de las empresas, por ejemplo, en la gestión del talento y el bienestar, empoderar a los colaboradores para que al interior sean piedra angular de la construcción de confianza con los grupos de interés, comprendiendo su rol en la nueva cultura corporativa que se requiere para hacer realidad y multiplicar los resultados positivos.

Líderes, a escuchar el llamado de la sociedad que hoy pide más que nunca contar con empresas y personas en las que confiar.