Está encendido nuevamente el debate nacional sobre el poder de la tecnocracia. Para algunos ha sido determinante su participación en la estabilidad macroeconómica y los logros sociales, mientras que para otros es la culpable de las desigualdades y atraso económico y social. Las dos posiciones exageran el poder de la tecnocracia en la definición de las políticas públicas del país, las cuales suelen ser resultado del proceso de negociación entre distintos actores nacionales y regionales.

Si bien los tecnócratas sugieren estrategias de desarrollo económicas y sociales, hay distintos grupos de interés que participan en la definición e implementación de las políticas públicas. Esos grupos están compuestos por diferentes estamentos de la sociedad que en algunas ocasiones sobreponen la defensa de sus intereses al bien común.

Dentro de los que participan en la definición y puesta en marcha de políticas públicas están ciertos sectores económicos que tienen organizaciones gremiales que defienden sus intereses. También se incluyen grupos económicos poderosos que, por ejemplo, financian campañas políticas presidenciales o al Congreso. En ocasiones cuando un tecnócrata propone una reforma legal o la implementación de una estrategia, los gremios o los grupos económicos ejercen presión a los congresistas o al ejecutivo para que sean lo más benéficas para sus negocios.

Otro grupo clave son los congresistas, quienes, desde las distintas ideologías, participan en la aprobación de leyes y hacen seguimiento al ejecutivo. Algunos congresistas se mueven en un sistema clientelista para exigir prebendas del ejecutivo a cambio de votar las reformas propuestas, o responden a los financiadores de sus campañas protegiendo sus intereses. Aquí también se incluyen políticos regionales que participan en las negociaciones resguardando los intereses de sus regiones o los propios.

Otro grupo importante son los sindicatos, que presumiblemente cuidan los intereses de sus afiliados y a veces hasta participan en la financiación de campañas políticas. Los sindicatos suelen ser organizaciones poderosas que logran presionar políticas públicas a favor de sus miembros, nuevamente sin tener en cuenta el bien común o las recomendaciones de los tecnócratas.

En todo este proceso de negociación el poder de la tecnocracia queda bastante reducido. También es cierto que a muchos tecnócratas les falta plantear estrategias más acordes a la realidad o comunicar sus propuestas de una forma clara, lo cual le resta poder al momento de negociación de las políticas públicas.

Más que las recomendaciones de la tecnocracia, al final se adoptan las opciones que son políticamente viables en medio de los intereses de los distintos grupos de poder en la sociedad, ya que los tecnócratas no son autónomos en sus decisiones.

QOSHE - ¿Tiene poder la tecnocracia? - Jaime Bonet
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¿Tiene poder la tecnocracia?

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24.03.2024

Está encendido nuevamente el debate nacional sobre el poder de la tecnocracia. Para algunos ha sido determinante su participación en la estabilidad macroeconómica y los logros sociales, mientras que para otros es la culpable de las desigualdades y atraso económico y social. Las dos posiciones exageran el poder de la tecnocracia en la definición de las políticas públicas del país, las cuales suelen ser resultado del proceso de negociación entre distintos actores nacionales y regionales.

Si bien los tecnócratas sugieren estrategias de desarrollo económicas y sociales, hay distintos grupos de interés que participan en la definición e implementación de las políticas públicas. Esos grupos están........

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