El Diccionario de la lengua española define satanizar como atribuirle a algo o a alguien, un carácter perverso o diabólico, es decir que es malo, pérfido, que corrompe el orden; en la religión es un adversario, el maligno, luego, Satanás, el diablo, belcebú, lucifer, representa lo peor, así que satanizar, tendencia actual, es ponerle una marca o sello a alguien o algo, un estigma, de funesto, indeseable. En tiempos de activismo por los derechos humanos; de una concepción de democracia madura, donde las libertades deben estar acompañadas de conciencia de deberes; en que los vestigios de las barbaridades de la Inquisición, del macartismo, del régimen del terror, represiones en nombre de la dictadura del proletariado y de regímenes totalitarios, entre otros, parecían ser historia para no repetir, ahora caemos en manos de los extremos del populismo, cuyos hilos se mueven de manera estratégica de la mano de la tecnología y de los instrumentos que ofrece, como la redes. Los amos del poder y aspirantes a serlo se encargan de manipular a la gente, de llenarla de odio, de antipatías con un conocimiento muy exacto de sus creencias, miedos, aspiraciones, debilidades. El abandono de toda clase de lectura, contentiva de diferentes clases de pensamiento, la que deja algo, no la que genera caca mental, ha llevado a la pérdida de la capacidad de análisis, adormecida por lo fácil, por lo ilusorio, lo que nos hace caer en las trampas de los ajedrecistas de la opinión y de la voluntad colectiva. Se desprecia a un medio de comunicación, por sus dueños o periodistas, solo porque no informan lo que uno quiere oír; se despedaza el buen nombre con moral selectiva; se toman posturas radicales ante conflictos internacionales. Difamar, desinformar, son prácticas que pueden llevar a la muerte a quien no tenga la fortaleza de soportar calumnias, medias verdades. Se quiere imponer con sevicia, en aras de ideales mezquinos, sin considerar faltas propias, tirando piedras al “enemigo” cuando se tiene techo de vidrio. Insisto en que hacen falta espacios de discusión en la academia, en los medios, en los gremios, a nivel escolar, en los que con lenguaje asertivo se pueda debatir, incentivar a reflexionar y no adoctrinar. Los espectáculos de circo romano enardecen a la gradería, la que condena a priori. Los líderes deben ser responsables, convocar a la unión, promover la crítica constructiva, abandonar la satanización, ser más espirituales y para serlo no es necesario ser religioso, solo seguir aquellos valores que el mismo ser humano proclama pero que no es capaz de poner en práctica, porque los desdibujan con las incoherencias a favor de sus huestes, creando ilusiones y cuando queramos salir del hipnotismo, será tarde, porque habremos caído más profundo en el abismo o más bien en el averno.

*Abogado y ejecutivo empresarial.

QOSHE - Tendencia: Satanizar - Jaime Dávila Pestana Padrón
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Tendencia: Satanizar

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15.03.2024

El Diccionario de la lengua española define satanizar como atribuirle a algo o a alguien, un carácter perverso o diabólico, es decir que es malo, pérfido, que corrompe el orden; en la religión es un adversario, el maligno, luego, Satanás, el diablo, belcebú, lucifer, representa lo peor, así que satanizar, tendencia actual, es ponerle una marca o sello a alguien o algo, un estigma, de funesto, indeseable. En tiempos de activismo por los derechos humanos; de una concepción de democracia madura, donde las libertades deben estar acompañadas de conciencia de deberes; en que los vestigios de las barbaridades de la Inquisición, del macartismo, del régimen del terror, represiones en nombre de la dictadura........

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