“Les agradezco su trabajo y espero que esté siempre al servicio de la verdad y del bien común”, papa Francisco.

En aquella época, Moisés bajó del Monte Sinaí con dos tablas de piedras en las que estaban escritos los mandamientos del Señor. Hasta el día de hoy, precisamente cuando arranca la Semana Santa, podemos decir que ese mensaje se conserva. Es decir, no es necesario que Dios aparezca en otro monte, reciba a otro Moisés, y le entregue una tablet que contenga en una de sus carpetas o guardadas en una nube, cada una de las palabras de ese viejo pacto, a no ser que quiera modificar innecesariamente alguna de esas leyes.

Digo innecesario, con respeto, porque con el primer mandamiento basta y sobra para que se cumplan los demás. El mismo Jesús lo dijo cuando le preguntaron los discípulos: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?”. “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”, respondió. O sea que quien tiene a Dios en todo su ser, en cada acto consigo mismo y con los demás, no peca. Es más, a Pablo le dijo una vez: “Mi gracia te basta”, aclarando que llevar una vida en gracia sería suficiente para vivir en la voluntad de Dios.

Pero el Man, en su infinito amor, sabía que iba a ser complicadísimo que la gente lo cumpliera al pie de la letra. Por eso fue más específico al añadir otros nueve. Podríamos decir que hay unos pecados más graves que otros, depende del daño que se le hace a la otra persona o a uno mismo. No miento (o tal vez sí) si afirmo, por ejemplo, que todos, alguna vez, hemos mentido. Existen desde las mentiras piadosas, hasta las manipuladoras y compulsivas. El octavo mandamiento dice: “No dirás falso testimonio ni mentiras”.

Ahora bien, si hay un oficio en el que nunca deberíamos leer mentiras es en el periodismo, por algo dijo Ryszard Kapuscinski que para ser buen periodista hay que ser buena persona. Por lo tanto, contar la verdad sería el primer mandamiento del cuarto poder. Cada vez que se publica sin confirmar, o se especula con el deseo de hacerle daño a alguien (falsos testimonios), o simplemente se oculta información por favorecimiento, Moisés se revuelca en su tumba. En tiempos en los que abunda la desinformación o lo que algunos prefieren llamar fake news, la rigurosidad para no caer en la mentira debe ser más exigente. Fíjense que, con la explosión en Contecar, empezó a rodar una imagen de un hecho similar que años atrás también había ocurrido en Mamonal. Por WhastApp y las redes sociales se hablaba de 6 muertos y 23 heridos, cuando realmente no hubo pérdidas humanas. Es difícil comprender cómo alguien hace una captura de un titular viejo para relacionarlo con un hecho nuevo y compartirlo por redes para causar pánico. Ojalá en esta Semana Mayor reflexione.

*Periodista y Profesor. Magíster en Comunicación.

QOSHE - El primer mandamiento - Javier Ramos Zambrano
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El primer mandamiento

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24.03.2024

“Les agradezco su trabajo y espero que esté siempre al servicio de la verdad y del bien común”, papa Francisco.

En aquella época, Moisés bajó del Monte Sinaí con dos tablas de piedras en las que estaban escritos los mandamientos del Señor. Hasta el día de hoy, precisamente cuando arranca la Semana Santa, podemos decir que ese mensaje se conserva. Es decir, no es necesario que Dios aparezca en otro monte, reciba a otro Moisés, y le entregue una tablet que contenga en una de sus carpetas o guardadas en una nube, cada una de las palabras de ese viejo pacto, a no ser que quiera modificar innecesariamente alguna de esas leyes.

Digo innecesario, con respeto, porque con el primer mandamiento basta y........

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