Varios vecinos del caño Juan Angola me han escrito detallando lo que experimentaron, desde edificios y casas contiguas aledañas, cuando Edurbe realizó la matanza del manglar. Cuentan que los animales del lugar guardaron un silencio macabro. Las iguanas saltaban desorientadas y muchas optaron por atravesar la carretera hacia cualquier parte. Lo propio hicieron las aves, pero, a diferencia de los reptiles, permanecieron días indagando sobre la suerte de sus polluelos, la mayoría ahogados en el caño.

Un colega me insistió en que su plan favorito era observar con binoculares la dinámica social de las iguanas, la llegada de aves migratorias, y su interacción con las maría mulatas y los pericos locales. Un residente me dijo que ahora, en vez de mangle, observa basura, y que, sin duda, el tapete verde imponía estética a la avenida. Necesitaría unas cinco columnas para una descripción sucinta de los testimonios humanos. Ni hablar de lo que habrán murmurado los animales con la destrucción de su hábitat, para eso necesitaríamos IA, ya estamos cerca.

Edurbe, bajo mi entender, hizo oídos sordos a recomendaciones de Cardique sobre la “relimpia”, es decir, lo escrito por los abogados y técnicos de la institución ambiental no sirve de nada. Mientras, en la página de la entidad farolean diciendo que tienen la responsabilidad de construir comunidades sostenibles y resilientes. ¿Será que tienen idea alguna de lo que significa sostenibilidad o resiliencia? Señores, lean un poquitín, ustedes están convirtiendo la ciudad en un desastre ambiental. Hoy existe un reconocimiento global sobre el papel de los manglares en los servicios ecosistémicos acuáticos (Ver: Lee y colaboradores, 2023, Food web dynamics in the mangrove ecosystem of the Pearl River Estuary surrounded by megacities), y ustedes, en vez de ubicarse en la línea de la sostenibilidad, presionan el acelerador de la destrucción ambiental, no hay derecho.

Ojalá la nueva directora de Edurbe solicite una investigación a las autoridades para establecer responsabilidades en la destrucción del manglar del Juan Angola por la administración anterior, y responda a esta columna con las acciones que van a tomar para restaurar el lugar, o, en su defecto, “sustentar” la matanza, refiriéndose en concreto a los ODS favorecidos con la misma. Antes, le sugiero revisar esta página de Naciones Unidas sobre el papel de los manglares en el desarrollo sostenible, lo que Edurbe pregona a tutiplén.

Cartagena necesita instituciones serias, líderes responsables, bien formados que sumen o multipliquen al desarrollo sostenible de la ciudad, lo del Juan Angola y lo que ocurre en la zona norte con el manglar es detestable, y muestra que la ignorancia viciada está autodestruyendo esta tierra de todos y de nadie.

*Profesor.

QOSHE - Caño Juan Angola: ¿Sabe Edurbe algo de sostenibilidad? - Jesús Olivero
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Caño Juan Angola: ¿Sabe Edurbe algo de sostenibilidad?

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08.03.2024

Varios vecinos del caño Juan Angola me han escrito detallando lo que experimentaron, desde edificios y casas contiguas aledañas, cuando Edurbe realizó la matanza del manglar. Cuentan que los animales del lugar guardaron un silencio macabro. Las iguanas saltaban desorientadas y muchas optaron por atravesar la carretera hacia cualquier parte. Lo propio hicieron las aves, pero, a diferencia de los reptiles, permanecieron días indagando sobre la suerte de sus polluelos, la mayoría ahogados en el caño.

Un colega me insistió en que su plan favorito era observar con binoculares la dinámica social de las iguanas, la llegada de aves migratorias, y su interacción con las maría mulatas y los pericos locales. Un........

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