Al preguntar a ChatGPT el significado de “superciudad”, respondió que era una gran área metropolitana, usualmente con más de 10 millones de habitantes, crucial para la economía global, de alta diversidad cultural y desafíos en urbanización, tráfico, contaminación, infraestructura y servicios públicos. ¿Será esto lo que quiso decir el alcalde en el Foro Caribe? Ya tenemos infinidad de problemas como para querer aumentarlos. Trabajemos por abordar las dificultades, pero poniendo el dedo en la llaga.
Primero lo esencial. La urbe ronda el 45% de pobreza con el hambre y la inequidad galopando desbocadas. Olvidemos el cuento de la favorabilidad en los medios y trabajemos para eliminar o al menos reducir de forma significativa este flagelo. Los ciudadanos necesitamos saber cuántos comedores, u ollas comunitarias, estarán disponibles en los próximos meses en las zonas de mayor vulnerabilidad, las personas beneficiadas y cómo garantizar su sustentabilidad.
¿Tenemos en mente un programa para mejorar la infraestructura interna y el ambiente circundante de hospitales, colegios y universidades? Lo que poseemos en esta materia es paupérrimo, incluyendo elefantes blancos y grises, estos últimos productos de los basureros y escombreras que adornan muchas instituciones de salud y educación.
¿Hemos tenido alguna reunión mixta del gremio del transporte, incluido el mototaxismo, para proponer acciones sostenibles en movilidad? ¿Preferiremos seguir con la situación caótica actual? ¿Tenemos ideas para que nuestros mototaxistas posean oportunidades académicas que mejoren su situación económica, de salud y bienestar?
¿Cuándo empezaremos a recuperar el manglar arrasado por Edurbe y la cubierta vegetal del Cerro de La Popa? Necesitamos un plan urgente de reubicación de asentamientos en pendientes y otro de reforestación y cuidado de árboles que sean verdaderamente sostenibles.
¿Será que algún día veremos a los moradores de la Perimetral trabajando para realizar una verdadera re-limpia de los caños? La pesca en la ciénaga de La Virgen está generando hambruna, y es hora de involucrar a los pescadores en la recuperación de este cuerpo de agua. Es posible intentar el dragado manual, no solo como una necesidad urgente para evitar el exterminio del humedal, sino para garantizar un uso eficiente y equitativo de los recursos invertidos en el mismo, permitiendo a los habitantes un sustento digno que les ayude a solventar sus múltiples necesidades mínimas insatisfechas.
El cuento de los huecos es aplaudible, y el Titán no está funcionando, pero eso es apenas la punta del iceberg en las necesidades. No queremos una superciudad, requerimos un distrito sostenible, ataquemos los problemas centrales de nuestro subdesarrollo.
*Profesor.
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