A veces creemos que Cartagena, con el conjunto monumental de las fortalezas y su arquitectura colonial, basta y sobra para cautivar al turismo. También pensamos que haber sido declarada Patrimonio Histórico es razón más que suficiente para atraerlo. Es bueno saber que América Latina tiene más de 36 ciudades que por una u otra razón han sido declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad, pero muchas ignoradas dentro del panorama turístico mundial.

Es por ello que debemos tener un polo a tierra, y no sentarnos sobre los laureles del estereotipado estribillo de ser Patrimonio de la Humanidad. No. No basta con eso. Cartagena merece que sigamos ornamentándola y embelleciéndola.

Positivo sería que las puertas de entrada del Parque del Centenario, desprovistas de esculturas, fueran coronadas con estatuas alusivas a acontecimientos de la ciudad. Que, además, lo volviéramos un jardín botánico, con un pequeño aviario, donde colecciones de flora y fauna se expusieran en él. Le daría vida a este pulmón verde.

Un conjunto de fuentes de luz y sonido, en la Bahía de las Ánimas, frente a los Pegasos, conjugaría acertadamente con estas criaturas fantásticas. En la mitología griega, este caballo alado tenía la virtud de hacer surgir agua donde diera una coz. Es la razón por la que miran hacia la bahía. De paso, oxigenaríamos este espejo de agua. Al turismo debe brindársele esparcimiento gratuito. Solo hay que ver cómo acuden a la fuente de La Serrezuela para imaginar este espectáculo materializado.

Una zona que pide a gritos ser intervenida es la Plaza del Tejadillo. Hay que diseñar y construir un frondoso parque en él, y en su eje levantar un monumento dedicado al Mar Caribe. Consolidar este espacio como plaza, acabaría el “lavadero de carros” que es actualmente.

Erigir una estatua interactiva de García Márquez frente donde vivió es el mejor homenaje para el Nobel. Nacería otro polo de atracción dentro de ese corredor que va desde el hotel Santa Teresa hasta las Bóvedas, una ruta nocturna huérfana de ambiente.

Construir un parador sobre el bajo que rodea a la Virgen de Carmen en la bahía crearía una nueva oferta turística, convirtiéndose en visita obligada de los cruceros vespertinos y nocturnos que pasean por ella.

El próximo año, la Academia de la Historia celebrará el centésimo trigésimo aniversario de la muerte de Rafael Núñez. La conmemoración ha de servir de elemento cohesionador para todos los cartageneros. Pensar en grande, como lo hizo, Núñez es un propósito. La efemérides no puede pasar desapercibida y necesita su apoyo.

En fin, alcalde Dumek, Cartagena con su administración debe dejar el parroquialismo que nos ahoga, y visionar con grandeza el porvenir. ¡El futuro está en sus manos! No podemos rezagarnos.

QOSHE - Para pensar en grande, alcalde Dumek - Jorge Dávila-Pestana Vergara
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Para pensar en grande, alcalde Dumek

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15.11.2023

A veces creemos que Cartagena, con el conjunto monumental de las fortalezas y su arquitectura colonial, basta y sobra para cautivar al turismo. También pensamos que haber sido declarada Patrimonio Histórico es razón más que suficiente para atraerlo. Es bueno saber que América Latina tiene más de 36 ciudades que por una u otra razón han sido declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad, pero muchas ignoradas dentro del panorama turístico mundial.

Es por ello que debemos tener un polo a tierra, y no sentarnos sobre los laureles del estereotipado estribillo de ser Patrimonio de la Humanidad. No. No basta con eso. Cartagena merece que sigamos ornamentándola y embelleciéndola.

Positivo........

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