Como si fuera poco el de primer productor mundial de cocaína, hoy subimos al podio, compartidos en Latinoamérica con Guatemala, Haití, Honduras y República Dominicana, de los países con más de un millón de personas con inseguridad alimentaria aguda.

Según el informe anual de la Red Global contra las Crisis Alimentarias, 1,3 millones de residentes y 2,9 millones de inmigrantes no acceden a una mínima alimentación, algo nada nuevo, pues el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, en febrero de 2024, señaló que hay 13 millones de personas con inseguridad alimentaria moderada o severa, y 1,6 millones en esta última condición.

¿Por qué Colombia, que puede ser despensa mundial, no logra alimentar a sus habitantes? El nuestro es un país de simplificaciones, en el que se dice que en las tierras ganaderas se deberían cultivar alimentos, como si la carne y la leche no lo fueran, y esta última no fuera clave en la lucha contra el hambre; el país con 300.000 hectáreas de coca, pero en el que, según Fenalce, en 2022 había solo 270.000 de maíz en el semestre más productivo.

Es el país que lleva décadas en el debate ideologizado de las causas, eludiendo el de las urgentes soluciones, porque es el hambre de millones de personas, y si queremos lograr un Gran Acuerdo Nacional, pues uno contra el Hambre sería gran anticipo.

La solución estructural es sacar al campo del abandono para multiplicar la oferta alimentaria, pero entre tanto se impone ese Acuerdo Nacional que convoque a los eslabones de las cadenas de mayor incidencia en la canasta básica, con una política pública que lo haga posible.

Voy a hablar de lo que conozco: los ganaderos producimos al año más de 7.000 millones de litros de leche, pero la industria compra menos del 50% y en 2023 importó 72.000 toneladas. Por estas razones, y por los fenómenos climáticos, en 2023 cayó el precio a los ganaderos, pequeños en su mayoría, sin que le sucediera lo mismo al consumidor en la tienda de barrio. Como resultado, cayó el consumo, mas no en los estratos que no miran precios, sino en los que hacen parte del hambre.

Hemos propuesto institucionalizar la leche en las compras del ICBF y la Fuerza Pública, en lo que se ha avanzado, además de alianzas gobierno-ganaderos-industria, para producir leche de bajo precio para sectores populares y, más recientemente, para sustituir importaciones con pulverización local, y el Fondo de Estabilización de Precios a cargo de Fedegán, aprobó $4.000 millones para paliar la crisis lechera.

La política pública puede viabilizar un Acuerdo Nacional contra el Hambre, con la cadena láctea y las que pueden disminuir la inseguridad alimentaria, porque el hambre, fuera del cine..., nunca es un juego.

*Presidente Ejecutivo de Fedegán.

QOSHE - El hambre...no es un juego - José Félix Lafaurie Rivera
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El hambre...no es un juego

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28.04.2024

Como si fuera poco el de primer productor mundial de cocaína, hoy subimos al podio, compartidos en Latinoamérica con Guatemala, Haití, Honduras y República Dominicana, de los países con más de un millón de personas con inseguridad alimentaria aguda.

Según el informe anual de la Red Global contra las Crisis Alimentarias, 1,3 millones de residentes y 2,9 millones de inmigrantes no acceden a una mínima alimentación, algo nada nuevo, pues el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, en febrero de 2024, señaló que hay 13 millones de personas con inseguridad alimentaria moderada o severa, y 1,6 millones en esta última condición.

¿Por qué Colombia, que puede ser despensa........

© El Universal


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