El agua es el principio de todas las cosas. “Todo es agua” es la base de las teorías de Tales de Mileto, considerado el primer filósofo de la historia y, como cosa rara, parece que muchos se ahogan en un vaso con agua o sienten que su fin ha llegado cuando les toca saltar un charco. En cambio, la mayoría que, aun sabiendo la importancia del agua, ya sea por desidia o indiferencia, ha menospreciado nuestro planeta y lo ha convertido en una maraña de cables, basura, acumulaciones, omisiones, sorderas y un sinfín de uso inadecuado de muchas cosas sin pensar en las consecuencias. Y desde hace muchísimos años como ambientalista escucho discursos y los emito sobre la ecología cívica, el cuidado del entorno, el planeta, los beneficios colectivos, la Casa Grande, el calentamiento global, la mitigación y adaptación del CC y sigue pareciéndome macondiano y es una verdadera razón por la que nuestro Nobel permanecerá vigente per secula seculorum, su imaginación, fantasía y creación era inspirada por realidades cotidianas. En este momento, paradójicamente, podemos utilizar el dicho “con el agua hasta el cuello” porque nos encontramos en aprietos y es precisamente por la sequía. No quiero que suene a burla, pero no, trato de reírme para no llorar y desperdiciar mis lágrimas que pueden servirme para abastecer ante la emergencia. Y así pasa, la experiencia no enseña en un colectivo, puede que a nivel personal muchos asumamos la responsabilidad con el verdadero compromiso, pero si no hay coherencia en la comunidad, de nada sirve que yo haga el deber y el otro no lo practique. Todas estas situaciones son crónicas que anuncian las desgracias y cuando ya se llega a los límites, es que se actúa.

No es posible que no haya un pare con la normatividad, no es posible que se sigan permitiendo hechos que están prohibidos por ley. Agua, eres bendita, sin importar tu calidad y características químicas, físicas y biológicas, dulce o salada, nos das vida, nos permites el goce y disfrute. Se avecinan buenos vientos para Cartagena en cuanto a la recuperación de caños y lagunas. “La Ronda Hídrica se constituye como norma de superior jerarquía y determinante ambiental, implicación que trae consigo la obligación de ser acogida por los municipios y distritos al momento de formular y adoptar sus planes de ordenamiento territorial”, tomado de Daniel Acosta, columnista. Sentir el agua, beber el agua, apreciar sus colores mimetizados de verdes, azules, aguamarina, rosados por los arreboles, es un paisaje maravilloso y además calidad de vida que nos beneficia a todos. Vamos por ti, Cartagena, a recuperarte y a cuidarte, la inversión es muy elevada y el dinero sale de nuestros impuestos. Si yo puedo, tú también. No más basuras, no más contaminación.

*Escritora.