He leído con mucho detenimiento algunos nostálgicos amigos que se despachan, con sublime melancolía, por la forma como se viene envolviendo a la gran masa de personas de nuestra ciudad en el deporte del futbol. Los que conocemos la historia de nuestro deporte sabemos que hace más de 40 años lo que se respiraba en la ciudad era béisbol y boxeo, las grandes veladas boxísticas aglutinaban a un gran número de personas, había campeones mundiales, había iconos del deporte que muchos jóvenes querían emular. Recuerdo la frase de aquel audiolibro, llamado el Flecha, que era precisamente la historia burlesca de un hombre que quería ser boxeador.

En aquellos días la ciudad respiraba pelota caliente y boxeo, los llenos en el estadio 11 de noviembre y en la Plaza de Toros, y también en el Circo Teatro de la Serrezuela, eran apoteósicos. Boxeadores como La Cobra Valdés, El Baba Jiménez, Prudencio Cardona, Pambelé, Rocky, y un gran número de estrellas que iluminaron el mundo del boxeo, que después junto con el béisbol fueron apagándose poco a poco. Por los lados del béisbol, recordamos la batalla que libró en Barranquilla el equipo de Los Indios de Café Don Chicho, en febrero de 1981, que, en la madrugada del 8 de febrero, toda Cartagena salió a recibir al equipo en la carretera de La Cordialidad, y la celebración duró varios días, y el gobernador de la época, Marun Gossaín Jattin, le hizo honores en su despacho a los peloteros campeones del béisbol profesional.

Todo lo anterior se fue derrumbando gracias a una dirigencia que no visionó, que no tuvo la capacidad para mirar más allá de sus narices, y solo miró hacia abajo, dejándose perder en el ostracismo. En 1980, si mi memoria no me falla, siendo un niño, mi querido padre le dijo a quien fuera en aquel entonces presidente de la Federación Colombiana de Béisbol, el Dr. Guillermo Valencia Abdala, que tratara de poner una oficina de mercadeo de la Federación en la capital del país, debido a que, en Bogotá, es donde están las grandes empresas, y que tratara de hacer un programa de expansión de la pelota caliente en el altiplano cundiboyacense. Eso se trató de hacer, pero al parecer el dr. Valencia no tuvo los socios para poder finiquitar un proyecto muy ambicioso, el cual, si se hubiera dado, tuviéramos a algunos peloteros del interior en las Grandes Ligas.

Actualmente el béisbol en Colombia, a pesar de sus éxitos históricos, no es masivo, no tiene la capacidad para aglutinar multitudes a nivel nacional, solo se circunscribe en territorios de la costa caribe colombiana, mucho más en el departamento de Bolívar, porque le hace falta mucha organización. Creo que ha faltado más mercadeo deportivo, que se ha convertido en una industria global multimillonaria, que involucra a empresas, organizaciones deportivas, agencias de marketing y patrocinadores en todo el mundo. Las estrategias de mercadeo deportivo pueden incluir la creación de asociaciones estratégicas entre marcas y eventos, el aprovechamiento de la pasión de los aficionados por determinados deportes y equipos, y la utilización de medios de comunicación y plataformas digitales para llegar a audiencias específicas. Esto le hace falta al béisbol, a diferencia del fútbol, que lleva una ventaja enorme.

Indudablemente, la dirigencia del béisbol en Colombia se fue perdiendo, si no hay mercadeo, no hay nada, y si no hay el conocimiento para hacer planes a largo plazo, creando una planificación acorde a los lineamientos del siglo XXI, seguirá rezagado. Actualmente tenemos una Liga Profesional que no funciona los 365 días del año, sino que, a escasos días de ser inaugurado el torneo prende motores, con gasolina de poco octanaje, y, como pasó recientemente, tuvo que acortarse el torneo, porque el patrocinador quiso sacar los “chorizos del humo.”

Lo que hace el Real Cartagena, con el apoyo de la alcaldía y gobernación, es más que loable. Establece un mar de entretenimiento y se dinamiza la economía de la ciudad, y sobre todo crea nuevos ídolos, los cuales serán ejemplo a nuevas generaciones.

QOSHE - El futbol no tiene la culpa - Luis Adolfo Pallares
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El futbol no tiene la culpa

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09.03.2024

He leído con mucho detenimiento algunos nostálgicos amigos que se despachan, con sublime melancolía, por la forma como se viene envolviendo a la gran masa de personas de nuestra ciudad en el deporte del futbol. Los que conocemos la historia de nuestro deporte sabemos que hace más de 40 años lo que se respiraba en la ciudad era béisbol y boxeo, las grandes veladas boxísticas aglutinaban a un gran número de personas, había campeones mundiales, había iconos del deporte que muchos jóvenes querían emular. Recuerdo la frase de aquel audiolibro, llamado el Flecha, que era precisamente la historia burlesca de un hombre que quería ser boxeador.

En aquellos días la ciudad respiraba pelota caliente y boxeo, los llenos en el estadio 11 de noviembre y en la Plaza de Toros, y también en el Circo Teatro de la Serrezuela, eran apoteósicos. Boxeadores como La Cobra Valdés, El Baba Jiménez, Prudencio Cardona, Pambelé, Rocky, y un gran número de estrellas que iluminaron el mundo del boxeo, que después junto con........

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