Esta es mi primera columna de 2024, y la primera que escribo desde mi más sincera experiencia vital. La pandemia me cambió de muchas maneras posibles, y a partir de 2021 inicié de manera torpe pero muy intuitiva un camino de regreso a mí, que en el pasado había intentado fallidamente por razones que hoy comprendo mejor. Recuerdo el día en que un hombre me regaló el libro que lleva el título de esta columna, de Catalina Ruiz-Navarro. No creo que él dimensionara lo que hacía, ni yo intuí qué, este texto hoy sería recordado por mí como un signo de estos nuevos tiempos. A segundos de recibir el regalo, otro hombre se unió a la reunión, vio el libro sobre la mesa y simplemente se burló. No imaginé que vendrían los dos años de mayor violencia que hubiera vivido en la adultez. “Una se vuelve feminista con su propia historia”, es el sendero que muchas hemos transitado. ¿Por qué?, porque no se nace “mujer”, sino que se deviene en lo que se asume como “mujer” en nuestras sociedades. Y es desde el lugar en que encarnas ese “rol” donde experimentas la violencia, la desigualdad, y la invisibilización que en algún momento lleva al: ¡No más! Yo también, al igual que tú, he sido violentada. He vivido violencia física, violencia sicológica, violencia económica, acoso sexual, acoso callejero, acoso laboral y otras formas de violencia basada en género, desde edades muy tempranas. Y me hecho más fuerte, más consciente y más comprometida de la mano de tantas. He recibido la energía inagotable de las madres que aún buscan sus hijos desaparecidos; de las que sobrevivieron a la prostitución; de las sobrevivientes del conflicto armado e incluso de las que aún callan violencia intrafamiliar o acoso laboral por temor. También de mano de las mujeres de mi linaje, porque “venimos con nuestras ancestras en la sangre, en la rabia y en la alegría”.

Creo que en ocasiones no queremos encarar haber tenido estas experiencias, porque como seres fuertes no queremos vernos como víctimas; o sucumbimos a la tentación a los estímulos que se reciben cuando pareces encajar en la norma. Pero ignoras que como “mujer” nunca has estado en la norma. Se espera de ti lo imposible, la deshumanización, la negación de ti; al punto que aún les sorprende que hablemos de consentimiento. Sí, todas hemos vivido formas de violencia patriarcal y las hemos reproducido; pero no todas hemos logrado encontrarnos a nosotras mismas y en ello, la lucha individual y colectiva sigue siendo la mejor forma de hacerlo. Que este año sea de más conquistas, más derechos, de igualdad, de encontrarse y de mucho amor. En resumen les deseo un año feminista.

*Abogada con Especialización en Derecho Constitucional y magíster en Derecho con énfasis en Derecho Empresarial y Contractual.

QOSHE - Las mujeres que luchan se encuentran - María Carolina Cárdenas R
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Las mujeres que luchan se encuentran

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20.01.2024

Esta es mi primera columna de 2024, y la primera que escribo desde mi más sincera experiencia vital. La pandemia me cambió de muchas maneras posibles, y a partir de 2021 inicié de manera torpe pero muy intuitiva un camino de regreso a mí, que en el pasado había intentado fallidamente por razones que hoy comprendo mejor. Recuerdo el día en que un hombre me regaló el libro que lleva el título de esta columna, de Catalina Ruiz-Navarro. No creo que él dimensionara lo que hacía, ni yo intuí qué, este texto hoy sería recordado por mí como un signo de estos nuevos tiempos. A segundos de recibir el regalo, otro hombre se unió a la reunión, vio el libro sobre la mesa y simplemente se burló. No........

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