En esta época de fake news y proliferación de mentiras en las redes sociales, uno esperaría que los hechos y datos, las cifras frías, fueran el ancla de objetividad que permitiera llegar a verdades compartidas y superar la polarización de las discusiones que rompen grupos de amigos y hasta familias.

Pero ni siquiera ese consuelo nos queda. Las mismas cifras, sin necesidad de falsearlas, son objeto de interpretaciones diferentes de acuerdo a las preferencias políticas de cada lector. Así sucede con los titulares con que los medios o las redes presentan una noticia, con el agravante de que con mucha frecuencia la gente no va más allá del titular, de manera que este se convierte en la verdad absoluta que cada lector defenderá........

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