En ciclismo, una de las claves de éxito de los corredores es su disposición y necesidad para trabajar en equipo. Cada uno pone su esfuerzo y quien se agota cede el paso para que sea otro quien afirme el ritmo y el grupo pueda superar rápido los obstáculos y los ascensos.

Emprender en Colombia no es tarea fácil, pero hoy tenemos miles de empresas de todos los tamaños que se mantienen pedaleando en medio de un mar de incertidumbre y una selva plagada de exigentes y no siempre idóneos funcionarios estatales. A pesar de ello, hemos construido un sector privado resiliente, diverso, recursivo, y por fortuna cada vez más con mano de obra mejor preparada y mejor motivada. El sentido de responsabilidad de nuestros colaboradores con el pedaleo diario ha venido en aumento.

Por fortuna, la economía del país continúa con alguna efervescencia. En parte tiene que ver con una reducción del miedo hacia el gobierno de izquierda extrema en el poder, pero también con la urgente necesidad de hacer que el país haga saltos cuánticos en su evolución para solventar problemas de inequidad, y superar la tendencia de vivir entre la resignación y la ligereza. Cada vez que alguien tiene un proyecto y lo lleva a cabo con mejores prácticas de cara a empleados y comunidades de influencia, está superando esa tendencia.

El sector privado es sometido a múltiples regulaciones y sistemas de gestión exigentes, que, además de sumarle a la carga de costos, complica y encarece su misión, pero también la profesionaliza más. Conscientes de ello, mayormente nos le medimos y cumplimos las altas exigencias de organismos de control y vigilancia. No ocurre así con el gobierno, que sometido objetivamente a cualquier sistema de gestión inverso (de lo privado hacia lo público, por ejemplo) seguramente fallaría con creces en casi todo.

Es el momento de seguir pedaleando montaña arriba, seguir motivando a nuestros empleados, colaboradores, contratistas, para hacer las cosas lo mejor posible, ofreciendo mucho entrenamiento y capacitación, en especial de habilidades blandas que ayudan a generar conciencia y fortalecer sentidos de pertenencia. Nos hace estar mejor preparados para brindar mayores oportunidades de bienestar y progreso a los trabajadores de Colombia que cualquier sistema estatal. Todo eso demuestra que estamos más vivos que nunca, más motivados para superar el siguiente premio de montaña. Hemos fortalecido nuestro músculo de emprendimiento y reconocido que el pelotón avanza invencible cuando se mantiene unido.

¿Qué necesitan los ciclistas para llegar a la cima? Carreteras seguras y confiables, y señales inequívocas de respeto y aprecio por el camino recorrido, y un director de carrera que sepa que el camino es hacia arriba, nunca hacia abajo.