La parresia (Discursos y verdad en la antigua Grecia -Foucault), nos invita a decir la verdad, sin tapujos.

En efecto, “El parresiastes” nos dice todo cuanto tiene en la mente, abre su corazón, expresa su opinión -que puede ser debatible o contradictoria-, y prima su franqueza, pues toman la opción de ponerle el alma a lo que transmiten.

Provengo de la rama judicial y desde hace mucho tiempo conozco los esfuerzos que realiza la escuela judicial Rodrigo Lara Bonilla en la capacitación de los servidores, me consta que más de un 90% de sus funcionarios son muy dedicados y muy ponderados en sus sentencias. Esa misma dedicación la tienen los empleados cuando se encargan de proyectar los fallos. Sin embargo, existe, en ese 10% restante, cierta abulia, mucha falta de rigor académico, es posible que medie la pereza, o un exceso de “eficientismo” que les absorbe su tiempo, y en ocasiones, se pasan por posar de innovadores ante sus pares.

En particular, me causó sorpresa una reciente decisión del Tribunal superior de Pereira - Sala Penal- M.P. Dr. Yarzagaray - (acompañado en su fallo de dos magistrados), providencia donde se revoca una sentencia de absolución, que había favorecido a un conductor de moto. La segunda instancia le impone 32 meses de prisión.

Lo que hace insólito el presente caso es que el ponente empleó el CHAT GPT para indagar, al momento del accidente, el estado de conciencia de la víctima. La pregunta que se le hace a la aplicación es: ¿A cuántas copas de aguardiente, cerveza o vino equivale la presencia de 20mg de etanol, por cada 100 ml de sangre? El aparatejo respondió, para no alargar el cuento, que por “aproximaciones, el aguardiente daría de 40-50 ABV”.

Qué fácil resulta juzgar echando mano a ese tipo de herramientas. El problema se presenta con la pregunta ¿qué tal si la difunta hubiese bebido whisky o tapetusa? O ¿qué clase de guaro bebió la señora, si en las etiquetas solo aparece 29 ABV? Una última pregunta: ¿no era más lógico explorar la prueba pericial? En fin, entiendo que la I.A es solo una herramienta. En el sistema acusatorio se tiene que la prueba pericial es idónea, además debe dársele paso al principio de contradicción.

Entra entonces un nuevo actor al proceso, el CHAT GPT, un perito, experto, un moderno oráculo de Delfos que con sus demoledores conceptos es poco lo que tendría que revisar la fiscalía, la defensa, el Ministerio Público y las segundas instancias. Dios nos coja confesados.

Este mismo magistrado, con sus compañeros de esa misma sala, revocaron la sentencia del Juzgado Único Promiscuo del Circuito de Belén de Umbria. Esta segunda instancia condena a la procesada “N.A.V” a 39 años y 11 meses de prisión por “la presunta comisión de los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de arma”. Sobre el modus operandi se dijo: “Y mas por el contrario, se valió de maniobras, propias de las artes amatorias, para inducir e instigar a su amante para que orquestara el asesinato de su marido”.

Con razón, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, M.P. Hugo Quintero Bernate, no solo absolvió a la procesada “ante el evidente hecho de que la prueba que se aduce en contra de la acusada es insuficiente para ordenar su condena”, e invita al Tribunal, a que ponga más atención al enfoque de género, y desde una perspectiva que “reconozca la desigualdad estructural a las que ellas se han visto sometidas.”

Por último, se invita a que los señores funcionarios abandonen ese denigrante lenguaje coloquial, como el que se usó en la referida providencia. Expresiones como “ponerle los cuernos” no son de recibo. Máxime cuando con esas apreciaciones se expresan juicios de carácter moral, que no tienen cabida en un análisis estrictamente jurídico. El llamado que se hace implica una debida motivación, ponderación, razonabilidad, respeto por la dignidad del ser humano y al proferimiento de decisiones con enfoque de género, sin sesgos, en la entronización de la moral sobre el derecho positivo.

Adenda: paz en la tumba del querido compañero Francisco Alberto Lora Barrios, quien se desempeñaba como el oficial mayor del juzgado catorce administrativo de Cartagena. En la misa de las exequias se dijo que iba a trabajar los sábados y domingos. Muchos funcionarios y empleados se están enfermando y con mucha frecuencia por el bendito “eficientismo” por la sobrecarga laboral.

Son muy pocos los espacios de calidad para compartir con las familias. Grave, muy delicado lo que está pasando. El 17 de de abril se suicidó el señor fiscal Ricardo Gaitán Bazurto, dejando una nota devastadora en su escritorio: “Lo siento, estoy muy atrasado en el trabajo”.

El servidor de la Fiscalía laboraba en Girardot – Cundinamarca-, ya había solicitado que lo liberaran de cierta carga laboral que le estaba generando ansiedad y mucho estrés. Una oración por el descanso del Fiscal de Girardot.

QOSHE - Inteligencia artificial y superficial (I.A.S) en la administración de justicia - Orlando Díaz Atehortúa
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Inteligencia artificial y superficial (I.A.S) en la administración de justicia

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27.04.2024

La parresia (Discursos y verdad en la antigua Grecia -Foucault), nos invita a decir la verdad, sin tapujos.

En efecto, “El parresiastes” nos dice todo cuanto tiene en la mente, abre su corazón, expresa su opinión -que puede ser debatible o contradictoria-, y prima su franqueza, pues toman la opción de ponerle el alma a lo que transmiten.

Provengo de la rama judicial y desde hace mucho tiempo conozco los esfuerzos que realiza la escuela judicial Rodrigo Lara Bonilla en la capacitación de los servidores, me consta que más de un 90% de sus funcionarios son muy dedicados y muy ponderados en sus sentencias. Esa misma dedicación la tienen los empleados cuando se encargan de proyectar los fallos. Sin embargo, existe, en ese 10% restante, cierta abulia, mucha falta de rigor académico, es posible que medie la pereza, o un exceso de “eficientismo” que les absorbe su tiempo, y en ocasiones, se pasan por posar de innovadores ante sus pares.

En particular, me causó sorpresa una reciente decisión del Tribunal superior de Pereira - Sala Penal- M.P. Dr. Yarzagaray - (acompañado en su fallo de dos magistrados), providencia donde se revoca una sentencia de absolución, que había favorecido a un conductor de moto. La segunda........

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