“¿Quién es libre? El sabio que puede dominar sus pasiones, que no tiene a la necesidad, a la muerte ni a las cadenas. que refrena libremente sus apetitos y desprecia los honores del mundo, que confía exclusivamente en sí mismo y que ha redondeado y pulido las aristas de su carácter”. - HORACIO-.

En Lisboa, en el monumento esculpido en honor de Pedro IV, -ubicado en la plaza que lleva su mismo nombre-, desde el año de 1870, se pueden apreciar cuatro figuras femeninas alegóricas a las virtudes. A su vez, el techo del archivo histórico de la Universidad del Rosario, está adornado por cuatro vitrales, que representan las cuatro (4) virtudes Rosaristas: la pirámide de la fortaleza, el reloj de arena de la templanza, la serpiente de la prudencia y la balanza de la justicia.

Si nos remontamos a la antigüedad, constatamos que una primera referencia a estos importantes principios morales data de la Suma Teológica de Tomas de Aquino (1265-1274). Si ojeamos el libro “Teología moral para seglares”, en él se explica que los hábitos bondadosos son como actuaciones repetitivas, humanísticas, filantrópicas, se constituyen en virtudes, estas pueden ser adquiridas, innatas o infusas.

La virtudes adquiridas tiene su origen en las fuerzas naturales del hombre, que pueden ser intelectuales o morales. Estás, se dirigen al bien, a las buenas costumbres, a la honestidad. Ellas, son como goznes (quicios), que giran, como en una puerta, toda la vida moral del humano.

El padre Royo, en el libro citado, nos dice que: la prudencia, dirige el entendimiento práctico en las determinaciones (en Colombia, se tiene que entender que estamos en un Estado de derecho, con tres ramas del poder público, cada una independiente, pero funcionan armónicamente.

Es decir, cada pájaro tiene su nido -o cubículo-, donde se tienen que respetar las decisiones, por malas o nefastas que nos parezcan.

Y con la justicia, según Ulpiano, se perfecciona la voluntad para darle a cada uno lo que le corresponde (a los colombianos, las entidades prestadoras del servicio de salud, nos deben de prestar un mejor servicio, para eso pagamos impuestos y les cancelamos a estas entidades unos dineros, sin embargo, en justicia, ellas no están cumpliendo bien su tarea, la muerte nos acecha en la puerta de los hospitales, las directivas de estas entidades han sido indolentes y sordas a los llamados de la ciudadanía).

La fortaleza, refuerza la tolerancia para soportar lo desagradable, sin embargo, la fuerza interior, tiene unos límites, que le son extraños y el humano no los puede vencer, ni resistir, (por ejemplo, la mora judicial, donde la administración de Justicia requiere de una reingeniería, sin necesidad de reformar la Constitución.

Por último, la templanza (de temple) pone orden y verticalidad en el uso de nuestra voluntad, pese a los infortunios que se presentan en la vida. (cierta dosis de estoicismo es necesaria para sobrellevar un mundo cambiante, difícil y a veces muy arduo, sin embargo, se caería en una tontería o frivolidad, si pensáramos, por ejemplo, que el problema de las fuertes alzas en los servicios públicos, es una situación que no nos compete o que es de poca monta).

Ante lo complejo del mundo moderno, debemos echar mano de las virtudes. Se requiere templanza y prudencia en nuestro actuar y al mismo tiempo, debemos tener una visión de justicia y cierta fortaleza, para consolidar un hombre nuevo y un mundo mejor.

QOSHE - LAS VIRTUDES CARDINALES - Orlando Díaz Atehortúa
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LAS VIRTUDES CARDINALES

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14.04.2024

“¿Quién es libre? El sabio que puede dominar sus pasiones, que no tiene a la necesidad, a la muerte ni a las cadenas. que refrena libremente sus apetitos y desprecia los honores del mundo, que confía exclusivamente en sí mismo y que ha redondeado y pulido las aristas de su carácter”. - HORACIO-.

En Lisboa, en el monumento esculpido en honor de Pedro IV, -ubicado en la plaza que lleva su mismo nombre-, desde el año de 1870, se pueden apreciar cuatro figuras femeninas alegóricas a las virtudes. A su vez, el techo del archivo histórico de la Universidad del Rosario, está adornado por cuatro vitrales, que representan las cuatro (4) virtudes Rosaristas: la pirámide de la fortaleza, el reloj de arena de la templanza, la serpiente de la prudencia y la balanza de la justicia.

Si nos remontamos a la antigüedad, constatamos que una primera referencia........

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