“La vanidad nos consume. Hacemos espectáculo de nuestras más íntimas y asquerosas dolencias”, Miguel de Unamuno.

Los niños perdieron la “alegría de leer” y por ello las bibliotecas se vienen quedando vacías. Lo asombroso es que los gimnasios no dan abasto a tanta clientela y los médicos que más se lucran de su profesión son los cirujanos plásticos.

En esta época, el culto al cuerpo supera con creces al cultivo de la mente y eso explica por qué en los medios nos bombardean con todas esas propagandas que nos ofrecen artículos para el cabello, cremas para la cara y toda clase de dietas (de la papa, de la papaya, de la piña, del atún, etc.).

El otro día estaban anunciando que la dieta de moda era la de consumir algo muy exótico: “huevos de lombriz de solitaria”. Explicaban los difusores que el “animalito”, al crecer un poquito, se convierten en parásitos que absorben los nutrientes del cuerpo, y por ende, las calorías. Los riesgos son evidentes pues tan insólita rutina nos exponía a una “teniasis” (infección parasitaria) o una cisticercosis (las larvas de las tenias se adhieren a los tejidos musculares y cerebrales). Es asombrosa semejante propuesta, pues una tenia puede alcanzar hasta los diez metros... En fin, moda es moda, pero se tiene noticia de una empresa que alcanzó patentar este método y la venta de estos huevecillos.

Y, como si fuera poco, resulta más sorprendente conocer el significado del vocablo bucarofagia pues era un hábito generalizado, muy de moda en el siglo XVII, entre las damas cortesanas, de algunos reinos en Europa y señoras de la clase alta (nada de comer caviar ni banquetes). Estas mujeres se saciaban comiendo barro, que consumían pulverizado o en pequeños trocitos. Se trataba de una arcilla, de un color rojo intenso, otras veces, fabricaban pequeños búcaros (vasijas) donde introducían agua perfumada, que consumían con presteza y luego, deglutían o se hartaban el recipiente.

Muy chévere la “exquisitez” de las niñas “puppis” de esa época pues querían verse con una piel fantasmagórica, blanquecina; el problema era que su palidez no era de hambre, el polvillo obstruía las vías excretoras, produciéndose un taponamiento, lo cual afectaba el colón y el hígado. Los psicólogos llaman a este tipo de situaciones “trastorno alimentario adictivo”. Al sol de hoy, la situación ha variado, pero sigue siendo en extremo perjudicial para la salud, prácticas como la bulimia, y la anorexia. Los seres humanos no pueden desconocer que uno de los principales logros es el encuentro consigo mismo, es decir, una carreta vacía es la que más bulla hace. Lo decía Nicolas Chamfort: “Vano, quiere decir vacío; de modo que la vanidad es tan poca cosa, que apenas puede decirse de ella cosa peor que su nombre”.

Adenda: No veo la hora de adquirir el libro “La Fiscalía en la calle y en los territorios”, del fiscal saliente, Francisco Barbosa. Se han publicado unos cinco mil ejemplares, según los términos del contrato con la imprenta nacional. El costo para el Estado de tal obra corresponde a ciento ochenta millones de pesos. Nos tocará madrugar a la próxima Feria del Libro en Bogotá antes que se agote. Como Barbosa se autocataloga como el mejor fiscal de la historia, aumenta nuestra expectativa pues bien podríamos estar ante un best seller y su autor un futuro premio Nobel de Literatura.

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Vanidad de vanidades

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09.02.2024

“La vanidad nos consume. Hacemos espectáculo de nuestras más íntimas y asquerosas dolencias”, Miguel de Unamuno.

Los niños perdieron la “alegría de leer” y por ello las bibliotecas se vienen quedando vacías. Lo asombroso es que los gimnasios no dan abasto a tanta clientela y los médicos que más se lucran de su profesión son los cirujanos plásticos.

En esta época, el culto al cuerpo supera con creces al cultivo de la mente y eso explica por qué en los medios nos bombardean con todas esas propagandas que nos ofrecen artículos para el cabello, cremas para la cara y toda clase de dietas (de la papa, de la papaya, de la piña, del atún, etc.).

El otro día estaban anunciando que la dieta de moda era la de consumir algo muy exótico: “huevos de lombriz de solitaria”. Explicaban los difusores que el “animalito”,........

© El Universal


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