Compensar, según la RAE es “Dar algo o hacer un beneficio a alguien en resarcimiento del daño, perjuicio que se ha causado”. Ante los desafíos que tenemos en este mundo moderno al tener mayor consciencia por los impactos que hoy generamos desde lo personal o desde cualquier actividad económica, fundamentada en la conceptualización del desarrollo sostenible, compensar es uno de los actos mas importantes; sobre todo por la tarea de satisfacer las necesidades del presente, pero pensando en las generaciones futuras, garantizando el equilibrio no sólo desde el cuidado del medio ambiente, también desde el crecimiento económico y el bienestar social. Ahora bien, desde una perspectiva ambiental, las estrategias de compensación han sido concebidas en la normatividad ambiental colombiana, al punto que existe una Estrategia Nacional de Compensaciones Ambientales que, según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, busca generar herramientas, mecanismos e instrumentos para compensar, bajo lineamientos de la Política para la Gestión Integral de la Biodiversidad y sus Servicios Ecosistémicos. Por tanto, para la ejecución de los proyectos, obras o actividades en el marco de las licencias ambientales, es necesario orientar la compensación de los impactos, conforme a como lo ordena la Ley y según el manual de compensaciones. Y es ahí donde a partir de las acciones que se tienen para compensar, devolviendo a nuestro ecosistema eso que de él utilizamos o por lo menos para reparar cargas, las cuales pueden ser reforestando, restaurando, conservando, entre otros, se hace necesario la unión de esfuerzos entre diferentes actores y definir en el territorio las áreas ambientales de interés para recibir esta compensación.

En Cartagena, por el deficit arbóreo que tiene, según las fuentes que analizan la calidad de vida, se abre paso a considerar los mecanismos que integran la compensación ambiental, basados en el principio de la equivalencia ecológica, entre ellos, la reforestación, que es en gran medida uno de los mas utilizado. Otro mecanismo de compensación ambiental que se plantea, según este manual, es la restauración, como un conjunto de áreas con mejor estado de conservación que el sitio que se va a restaurar, localizado en un lugar geográfico con características ambientales, ecológicas y socioeconómicas similares; así como la conservación, en donde ya existen bancos de hábitat, la rehabilitación y recuperación ambiental, entre otros.

Según el adagio popular ‘La unión hace la fuerza’, y es ahí donde resulta conveniente y prioritario impulsar la gran oportunidad que esto conlleva, vista desde una estrategia integral de ciudad, llevar los esfuerzos que se realizan desde la compensación, a generar, uno, una agenda local, y dos, capacidades locales con herramientas jurídicas, técnicas y financieras que faciliten recibir las compensaciones en nuestros ecosistemas de manera ágil, con seguimiento y midiendo el impacto que generan socioambientalmente, en el que participen todos los actores, autoridades, empresas, comunidad, universidad y las ONG.