Las autoridades de turismo como una instancia de gobernanza, derivadas de la gestión pública, tienen una característica que radica en la manera en como se refuerza la gestión y la capacidad política, e incluso, su legitimidad, depende en gran medida de la prioridad que el turismo tenga para el territorio donde se desarrolla.

Varios son los ejemplos que nos inspiran para identificar cómo, desde país o ciudad, podemos encontrar entidades que motivan a gestionar su destino. En Colombia, hay casos de ciudades en las que funcionan entidades tales como: Secretaría de Turismo de Cali y Riohacha, y en los Departamentos, la Secretaría de Turismo de Antioquia, Secretaría de Turismo de Quindío, entre otros. No obstante, hablar hoy de turismo y de destinos es tener una visión completa, vista no solamente desde la promoción turística sino también desde la gestión de las ciudades, dada su importancia económica, social y ambiental, de ahí que encontramos términos asociados a la Gerencia y Marketing de Destinos (DMO, por sus siglas en inglés).

Hoy existe la necesidad de hacer una transición y poner sobre la misma balanza todo lo que hace que se promocione del destino, pero también la forma en que esas entidades asumen nuevas funciones que irán mucho más allá de la organización de campañas de marketing, con objetivos como sostenibilidad, competitividad, retorno social, gestión integrada, entre otros.

Pensar entonces en una Secretaría de Turismo es sobreponer aspectos que están relacionados con la gestión de destinos, el impulso al financiamiento y a las inversiones turísticas al igual que la innovación y el desarrollo turístico, en virtud de innovar productos turísticos que tanto se requieren, especialmente en la conexión con la región y la ampliación de días de pernoctación. La planeación y la política turística, teniendo en cuenta aspectos como la integración de Información Sectorial, importante para la data y toma de decisiones; el Ordenamiento Turístico Sustentable y el seguimiento y evaluación. Destacar, de igual forma, la calidad y regulación para la normalización y regulación turística, certificación turística y la verificación y sanción. Por último y no menos importante, el presupuesto y las TICS, siendo estos últimos el gran engranaje de esta intencionalidad, ya que en muchos de los ejercicios, el valor total a su priorización se traduce prácticamente en menos de un uno por ciento del presupuesto total destinado para la ciudad.

Ante la responsabilidad que nos atañe, como una apuesta productiva conectada al crecimiento sustentable e incluyente, tendiente a la gestión de mejores condiciones de competitividad de la ciudad como destino turístico, al igual que como establecimiento público, desde el orden distrital, las acciones deben confluir para trabajar con los distintos sectores y priorizar desde la misma infancia, ya que el turismo debe gestionarse de la manera correcta, dejando así un legado próximo en nuestros 500 años de fundada la ciudad y a la tan mencionada ley 768 del 2022 (Ley de Distrito) donde nos realza la importancia que tenemos en Colombia de ser un destino turístico y cultural.