Hace unos días circuló el ‘Documento marco de la Unesco para la educación cultural y artística’, resultado de dos procesos de consulta, llevados a cabo entre el 18 de diciembre y el 10 de enero pasado, y la reunión de ministros de Cultura que sesionó entre el 13 y 15 de febrero de 2024 en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), que recoge una serie de cambios e innovaciones, pero en especial realizaciones que se vienen dando en muchos países y que desde ahora serán el instrumento guía tanto para la Unesco, como para los países miembros, pero en particular para las instituciones territoriales de cada nación.

Para Cartagena, uno de los aspectos que nos llama la atención es la necesidad de enfrentar el que llamo ‘Síndrome del Centro Histórico’, esto es pensar que la ciudad es el Centro Histórico, cuando espacialmente es menos del 3% del territorio y culturalmente puede ser de menor impacto, pero se sigue pensando y actuando en que esta es la ciudad.

Es cierto que es el gancho para el turismo internacional y que algunos grandes eventos, que se pueden sostener por sí solos, generan una gran imagen, pero hay un amplio territorio que vive cada segundo generando y enriqueciendo una cultura dinámica, viva, intensa, que se caracteriza por su diversidad, por la creatividad y transformación constante, perpetuando algunas de las más significativas construcciones de nuestras pasadas generaciones.

El documento es un campanazo que nos obliga a pensar seriamente en, por lo menos, tres grandes aspectos. Uno, a superar o dejar atrás la concepción de pensar y actuar por aparte en los campos de la educación, la cultura y la formación artística. Esto ya está siendo superado en todo el mundo, y demanda entre nosotros un esfuerzo por mirar lo que se está haciendo en otras partes, inclusive dentro del país, pues hay ciudades que van mucho más adelante en esto que ya es el nuevo enfoque.

Segundo, estas dimensiones, que no operan por separado, están respondiendo a nuevos desarrollos y logros de la humanidad. Estamos hablando de que hoy la educación cultural y artística tiene que responder a un conjunto de exigencias que parte de conceptos como la inclusión, la sostenibilidad, los derechos humanos, la igualdad de géneros, la promoción de la no violencia, la ciudadanía mundial, la diversidad y el desarrollo, entre otras exigencias.

Creo que de este texto debe estar hablándose en los ambientes del IPCC, de la Secretaría de Educación, en instituciones privadas, fundaciones y corporaciones, así como en todas las universidades públicas y privadas, en especial aquellas que asumen dentro de sus valores y objetivos, incidir en la ciudad.

Tercero, el distrito tiene que hacer un esfuerzo tanto en redireccionar, como reinvertir sus recursos para proporcionar a sus habitantes, en especial a los niños, niñas y adolescentes, las condiciones y medios hacia una educación artística y cultural que les permita demostrar sus capacidades, competencias y habilidades, en especial propiciar su realización como seres humanos.

*Sociólogo.