Las noticias recientes de las reuniones previstas para la segunda semana de enero, entre algunas autoridades nacionales del turismo con distintos entes locales del sector, son alentadoras para pensar en la urgente necesidad de abordar integralmente preguntas como: ¿Hacia dónde va nuestro turismo?, ¿cuáles son los tipos de productos u oferta a propiciar o fortalecer?, ¿cómo debilitar o enfrentar un tipo de oferta que, por ausencias, se ha venido fortaleciendo en la ciudad?, ¿cómo involucrar a nuevos actores, sectores y poblaciones a la oferta turística?, ¿cómo generar mayor valor al producto turístico?, ¿cómo fortalecer la gobernanza sobre el sector?, ¿cómo mejorar la formación y capacitación de todos los actores que intervienen en la cadena del turismo?, ¿cómo lograr una acción decidida de las diversas entidades del sector público que, en forma coordinada, aporten desde sus competencias a lograr un cambio efectivo en el turismo?

A estas preguntas debemos agregar otras, pero dejo de lado algunas, pues la columna se podría agotar sin decir aspectos que estimo fundamentales; por ejemplo: ¿cómo, quién, con quiénes se va a abordar el complejo problema en el cual se ha convertido el Centro Histórico, Barú, la Zona Norte?, ¿cómo se han involucrado en el PEMP y el POT los aspectos relacionados con el turismo, sabiendo que en estos dos instrumentos pueden estar elementos para aportar a fortalecer y transformar el sector o a seguir estimulando el caos y la ausencia de horizontes, y por lo tanto que cada quien decida hacer lo que le parezca.

Creo que el título de esta columna es errático, pues sugiere que nuestra actividad turística ha tenido alguna dirección y lo que los resultados y las evidencias muestran es todo lo contrario, que nos hemos conformado con enormes recursos que casi naturalmente se han convertido en la oferta, sin necesidad de reflexionar o decidir sobre su imperioso ordenamiento.

Como ciudad, no podemos seguir con las formas de gestión, dirección y ordenamiento del turismo, tal como lo hemos venido viendo. La transformación institucional de la planeación, gestión, investigación y control del turismo es una tarea que no aguanta más dilaciones. En el país hay experiencias exitosas que debemos mirar y tomar lo mejor de cada una de ellas; de lo contrario seguiremos viendo desmanes, desafueros, abusos, como los estamos evidenciando con mayor frecuencia en las últimas semanas.

Creemos que existe el ambiente, la voluntad y en especial, la urgente necesidad de una incidencia real sobre el turismo. La manida frase de estar ‘matando la gallina de los huevos de oro’ no puede ser la opción a la cual conformarnos.

Confiemos en que el reclamo de muchos actores sea escuchado. El alcalde electo tiene las cartas a su favor para forzar las decisiones para lo que esperamos: tener un sector con reglas de juego y horizontes claros.

*Sociólogo.

QOSHE - Redireccionar el turismo - Raúl Paniagua Bedoya
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Redireccionar el turismo

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18.12.2023

Las noticias recientes de las reuniones previstas para la segunda semana de enero, entre algunas autoridades nacionales del turismo con distintos entes locales del sector, son alentadoras para pensar en la urgente necesidad de abordar integralmente preguntas como: ¿Hacia dónde va nuestro turismo?, ¿cuáles son los tipos de productos u oferta a propiciar o fortalecer?, ¿cómo debilitar o enfrentar un tipo de oferta que, por ausencias, se ha venido fortaleciendo en la ciudad?, ¿cómo involucrar a nuevos actores, sectores y poblaciones a la oferta turística?, ¿cómo generar mayor valor al producto turístico?, ¿cómo fortalecer la gobernanza sobre el sector?, ¿cómo mejorar la formación y capacitación de todos los actores........

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