Creo que a todos a quienes les preocupaba el rumbo que había tomado el Centro Histórico en relación con la oferta turística, la semana que acaba de terminar mostró una señal muy positiva de que es posible y totalmente viable revertir el destino o la tendencia que se venía impulsando, y que llevó a más de uno a pensar falsamente en que estábamos condenados a la inercia y a ver cómo otros actores terminaban por definir los usos de los espacios públicos y las propuestas de establecimientos privados. Este puede ser solo el inicio, pero se mostró que es posible incidir en las formas de turismo a privilegiar.

En menos de tres meses, con gran voluntad, creatividad y el concurso de diversos actores a instituciones, en especial del compromiso del alcalde hacia abajo, hasta los funcionarios públicos, se diseñó y llevó a cabo un conjunto de actos, celebraciones y eventos que nos mostraron que sí se podía ofrecer a residentes y visitantes otras formas de apropiarse del Centro Histórico, de estimular la economía local, en especial de cocineras y dulceras, de fortalecer manifestaciones culturales locales, de ampliar la oferta turística así como de comprender que hay muchos visitantes a los que les interesa conocer nuestras iglesias y templos, así como los claustros, que desafortunadamente quedan muy pocos con acceso para el visitante.

La Universidad de Cartagena posee dos claustros; Bellas Artes es uno más, y hay otros dos que se pueden incorporar a una oferta permanente: Santo Domingo y San Pedro Claver. Ya hay dos que son asientos de hoteles de primer nivel en el contexto de la hotelería en Latinoamérica y es posible que a finales de este año tengamos un tercero que nos puede terminar de colocar en el mapa mundial de los hoteles de lujo en claustros religiosos.

Pienso que las agencias de viaje y los operadores turísticos ya deben estar diseñando programas de dos a tres horas, o de un día completo, para recorrer y conocer los aspectos arquitectónicos, estéticos y artísticos de nuestras iglesias y claustros.

Pero además, como a la mayoría de los cartageneros que fuimos durante varios días a los eventos en el Centro, fue grata la sorpresa de ver y preguntarnos de dónde aparecieron tantas corales, tantos grupos musicales, tantas propuestas de eventos que conservando un perfil asociado a la Semana Santa, se vincularon a ofrecer una rica propuesta de actividades, especialmente en las tardes.

Se imaginan lo que podremos ofrecer si se abren las puertas a los creadores culturales de la ciudad, si se les tiende la mano, se visibilizan, se les ofrecen escenarios y tarimas en forma permanente. Creo que lo hecho por la administración, al involucrar en una oferta a distintas entidades de la administración, es muestra evidente y sólida de lo que se puede hacer en la ciudad, para empoderar inicialmente a sus propios habitantes y mostrar con orgullo esos inmensos valores que poseemos como cultura.

*Sociólogo.