En los años 60 el ‘Spaghetti Western’ hizo presencia recurrente en la cartelera mundial y Cartagena no fue la excepción. Entre los títulos que llegaron está la icónica trilogía del mítico director italiano Sergio Leone: ‘Por un puñado de dólares’ (1964), ‘El bueno, el malo y el feo’ (1966) y ‘Érase una vez en el Oeste’ (1968).

Películas que aparecían con más de un año de atraso, respecto a otras carteleras del país. Para entonces países como Italia, España y Alemania se habían convertido en una máquina industrial de confección de estas películas, que en general, eran repetitivas en sus argumentos y de mediocre factura, lo que motivó muchas quejas del crítico cartagenero Alberto Sierra Velázquez.

Dentro de la ola del ‘Spaghetti Western’ se destacó ‘Tepepa’ (1969), de Guilio Petroni. En el periódico El Diario de la Costa, Sierra convocó a sus lectores así: “Los cineístas que no alcanzaron a ver ‘Tepepa’ creyendo que se trataba de un oeste más, deben buscarlo en los cines de los barrios, pues constituye un excelente trabajo, especialmente, por la participación de Solinas y el trabajo interpretativo de Thomas Milian y Orson Welles” (1970).

En los años 60, el enfoque del western hollywoodense se volvió crítico. En la cartelera cinematográfica aparecieron dos películas con este tratamiento disruptivo. La primera fue ‘La Jauría Humana’ (1966), de Arthur Penn; protagonizada por Marlon Brando y circuló por casi todas las salas de cine de la ciudad. La película es un ensayo social de la decadencia moral en Estados Unidos en los años 60, pero ubicado en un territorio de fronteras en el siglo XIX.

La segunda es ‘El Pueblo Maldito’ (1967), de Burt Kennedy con Henry Fonda. Una vez más, Alberto Sierra llamaba la atención a su público para que no perdiera la oportunidad de apreciar dicho film; de ahí que advertía los pocos días que duró en la cartelera del Cine Colón, pero estaba reprogramada en el Cine Rialto; sin embargo, el crítico también señaló la magnitud de la participación del western en la composición de la cartelera en razón de narrativas esquematizadas, repetitivas, predecibles, sensibleras y de arquetipos desgastados.

Por otra parte, la queja apunta a la ausencia de formación del público en materia de apreciación cinematográfica y teme la incapacidad generalizada de distinguir un buen film en una mar de películas comerciales.

Otro western americano de gran relevancia fue ‘Un hombre llamado Caballo’ (1970), de Elliot Silverstein, visto en el Teatro Cartagena y en todos los cines barriales. Con esta película el actor inglés Richard Harris, protagonista principal, logra la fama planetaria y se impulsa una exitosa carrera.

Años después, a Cartagena llegarían Bud Spencer y Terence Hill a filmar un puñado de películas pseudo western, muy malas y taquilleras; sin embargo, esa es harina de otro costal.

QOSHE - Por un puñado de películas - Ricardo Chica Geliz
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Por un puñado de películas

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20.11.2023

En los años 60 el ‘Spaghetti Western’ hizo presencia recurrente en la cartelera mundial y Cartagena no fue la excepción. Entre los títulos que llegaron está la icónica trilogía del mítico director italiano Sergio Leone: ‘Por un puñado de dólares’ (1964), ‘El bueno, el malo y el feo’ (1966) y ‘Érase una vez en el Oeste’ (1968).

Películas que aparecían con más de un año de atraso, respecto a otras carteleras del país. Para entonces países como Italia, España y Alemania se habían convertido en una máquina industrial de confección de estas películas, que en general, eran repetitivas en sus argumentos y de mediocre factura, lo que motivó muchas quejas del crítico cartagenero Alberto Sierra........

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