Definitivamente cada día nos complicamos la vida más al meterle “derechos”, “libertades” e igualdad a todo. Hubo un pasado en el que se podían contar mil chistes sin pensar que alguien se ofendería por su color, forma de alimentarse o estatura. El negrito de la familia era apodado el “negro”, el de ojitos chicos era “el chino” y de cariño llamábamos a los amigos o pareja “gordo”. Ahora esto es una ofensa. En el pasado las niñas eran niñas y les comprábamos muñecas y a los niños balones. Hoy eso es machismo y puede que sean “elles”, así que a la mujer de la casa hay que darle pelotas o carros para no ser machistas.

En tiempos pasados celebrar el Día del padre o de la madre era fácil. Ahora como hay varios tipos de familia, además de padres, los niños tienen personas especiales que deben querer y agradecer como progenitores. Hay varias fechas que celebrar para darle cabida a la diversidad de uniones que educan los infantes. Hasta regalar se ha vuelto un problema. Si se mandan flores es machismo o es cursi. Las damas no agracen ese detalle y nos hemos materializado al punto que una rosa o un clavel llegara cuando estemos muertos. Van desapareciendo los galanes que abrían puertas y retiraban la silla para comodidad de sus acompañantes. El empoderamiento (mal entendido) permite a las mujeres abrirse sus propias portillas, que les pasen por delante y sentarse como quieran. Eso las hace sentir grandes y poderosas. Como también se sienten fuertes pagando sus propias cuentas o permitiendo que se dividan los costos de las salidas al estilo “Dutch”.

El tiempo de los piropos murió porque estos se convirtieron en una agresión. Hoy pueden confundirse con abuso sexual, laboral u otro tema legal que traerá problemas. En los nuevos tiempos no podemos ser espontáneos cuando alguien nos parece bonito o nos gusta lo que lleva puesto. Recibir información sobre nuestro cuerpo es ofensivo, aunque sea algo positivo que en otros tiempos subía la autoestima. El movimiento femenino ha conseguido poner a la mujer en un lugar activo, recuperando una parte de la igualdad que le pertenece por no ser inferior y tener la misma dignidad que el varón. Sin embargo, eso también ha acabado con los buenos modales y el placer de sentirnos atendidas o cortejadas sin tener que pensar que eso merma las capacidades mentales, habilidad para dirigir una empresa, montar un negocio y educar los hijos.

El nuevo esquema de libertades presume que es poco saludable enseñar a nuestros “niñes” a regirse bajo un estereotipo de género, ya que limita sus posibilidades de desarrollo y perpetúan la desigualdad. Difiero de esto. La conservación de la especie está basada en esa gran diferencia y por muy autónomos que seamos para moldear nuestras preferencias, la anatomía nos precede, los buenos modales conquistan y la diversidad nos hace únicos.

QOSHE - Antes fue mejor... - Soqui Rodríguez
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Antes fue mejor...

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06.04.2024

Definitivamente cada día nos complicamos la vida más al meterle “derechos”, “libertades” e igualdad a todo. Hubo un pasado en el que se podían contar mil chistes sin pensar que alguien se ofendería por su color, forma de alimentarse o estatura. El negrito de la familia era apodado el “negro”, el de ojitos chicos era “el chino” y de cariño llamábamos a los amigos o pareja “gordo”. Ahora esto es una ofensa. En el pasado las niñas eran niñas y les comprábamos muñecas y a los niños balones. Hoy eso es machismo y puede que sean “elles”, así que a la mujer de la casa hay que darle pelotas o carros para no ser machistas.

En tiempos pasados celebrar el Día del padre o de la madre era........

© El Universal


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