Sin lugar a dudas Dumek llegó y se ha hecho sentir. No empezó hablando gansadas ni sandeces. Entró haciendo y ejerciendo la anhelada autoridad que habíamos perdido. Los decretos sobre el mototaxismo y el pico y placa demuestran que no llegó a ‘mamar gallo’. Su convenio con la Policía de Tránsito y el DATT para trabajar de manera conjunta promete dar orden al congestionado y descuadernado sistema vial de Cartagena, donde los taxis, las motos y buses se adueñaron de las calles y las usan a su antojo, sin respetar reglas mientras algunos uniformados se limitan a detener los vehículos para ver qué sacan de los incautos conductores al tiempo que pasan por alto otras infracciones.

El nuevo alcalde también estableció medidas que buscan proteger a los turistas de las estafas que dañan el mercado y que han mermado el flujo de visitantes a La Heroica. Estas navidades la ciudad se ha visto sola y los comercios han sentido la baja como resultado de los altos costos de la aviación, la desidia en que se encuentra el Centro Histórico y los abusos constantes a quienes nos elijen como destino. Mediante el Decreto 003, el Alcalde establece normas encaminadas a evitar las arbitrariedades que nos hacen mala publicidad y perjudican nuestra imagen.

Pero sin duda alguna lo que más felices nos hace es que en su primer día como mandatario empezó a mandar firmemente y con el decreto emitido pretende restablecer el orden público en la ciudad amurallada, poner freno a la prostitución infantil y todo lo que tiene que ver con el turismo sexual. El nuevo Alcalde llegó a proteger a nuestros niños y adolescentes. Se acabó la guachafita de quienes explotan con drogas y sexo a los menores de edad de Cartagena.

Dumek hace honor al eslogan que usó un político hace mucho tiempo que decía ‘Hechos y no palabras’. Los discursos adquieren valor cuando los vemos consumados y los actos alcanzan valía cuando se ejecutan. Con esta forma de gobernar, los antiguos romanos, maestros indiscutibles del pragmatismo y el derecho, acuñaron en su cultura esta frase que todavía sirve para expresar nuestro inconformismo por el exceso de léxicos y la poca o ninguna acción en el ejercicio del poder.

La actitud de Turbay es plausible y arriba a dar un parte de tranquilidad. Ahora sí llegó quien ordenará la casa. En principio no necesitamos más. Luego vendrán los proyectos y grandes obras. Mientras, nos sabemos en buenas manos, nos sentimos protegidos y su vínculo con la Policía nos da seguridad a los ciudadanos. Arrancar con un decreto tan robusto demuestra que no pierde el tiempo y viene trabajando con un equipo que dará resultados.

Caminando por Cartagena se escucha a los ciudadanos felices con las medidas tomadas y, como adolescentes rebeldes, agradecemos la mano firme y la disposición de restablecer el orden. Un gran principio para gobernar.