“Aprecia lo que tienes ahora y céntrate en el momento presente, quizás algún día seas merecedor de acudir al banquete de los dioses”. Epicteto.

Se acerca la víspera del Año Nuevo. Indudablemente, un momento para reencontrarse con la familia y viejos amigos, pero también –más allá del balance que podamos hacer de las pérdidas y ganancias– para la gratitud. Un sentimiento del que se han ocupado las religiones, las doctrinas éticas y, recientemente, la ciencia.

La mayoría de las religiones (especialmente monoteístas) promueven la gratitud como una práctica sagrada y espiritual que atrae las bendiciones del cielo. Se trata de un ritual, sin duda, importante y que en lo particular sigo a diario. Pero este escrito no quiere referirse al aspecto hierático de aquella o, incluso, a la que podemos experimentar hacia una persona en particular, sino a la gratitud como una actitud de vida en general. Los estudios científicos más recientes muestran que la práctica de la gratitud estimula la producción de dopamina y oxitocina, y activa, en las personas, sentimientos de plenitud, tranquilidad y serenidad que los hace más felices, más resilientes e inmunes a las enfermedades. Algo que ya había sido sugerido por los estoicos, quienes consideraron a la gratitud como la madre de las virtudes.

La gratitud no es conformismo ni ausencia de lucha por mejorar la existencia, sino un actitud que promueve emociones y sentimientos positivos que nos preparan para enfrentar los retos de la vida; que nos ayuda a comprender que si bien no podemos controlar las cosas que nos pasan, podemos controlar la respuesta que tenemos ante ella; que nos enseña que debemos enfocarnos en lo que tenemos y no en lo que nos falta, liberándonos de la ansiedad y la insatisfacción constante; finalmente, que nos permite conectarnos con los demás y con la belleza de este mundo y entender que la vida en su modo más simple es un regalo que merece ser apreciado.

Algunos consejos sobre la práctica de la gratitud sugeridos por los estoicos y avalados por la neurociencia cognitiva son: meditar en las mañanas sobre tres cosas que valoramos (trabajo, salud, familia) y sobre cómo nos sentiríamos si las perdiéramos, y agradecer tenerlas; reflexionar cada noche sobre algo positivo que nos haya sucedido y agradecer; visualizar o imaginar cómo nos sentiríamos si perdiéramos algo o alguien muy importante, para darnos cuenta lo afortunados que somos por lo que tenemos, porque lo que imaginamos no ha ocurrido en la realidad; finalmente, recordar a cada instante que la vida es efímera, que nada es permanente y todo tiene su final, y lo afortunados que somos de disfrutar de algunos objetos y personas que aún están con nosotros.

*Profesor universitario.

QOSHE - Sobre la gratitud - Yezid Carrillo De La Rosa
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Sobre la gratitud

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30.12.2023

“Aprecia lo que tienes ahora y céntrate en el momento presente, quizás algún día seas merecedor de acudir al banquete de los dioses”. Epicteto.

Se acerca la víspera del Año Nuevo. Indudablemente, un momento para reencontrarse con la familia y viejos amigos, pero también –más allá del balance que podamos hacer de las pérdidas y ganancias– para la gratitud. Un sentimiento del que se han ocupado las religiones, las doctrinas éticas y, recientemente, la ciencia.

La mayoría de las religiones (especialmente monoteístas) promueven la gratitud como una práctica sagrada y espiritual que atrae las bendiciones del cielo. Se trata de un ritual, sin duda, importante y........

© El Universal


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