La revolución es un asunto complicado. Se trata de un fenómeno que, por desgracia, llega sin manual de instrucciones y sin modelo que copiar. Por eso llevamos más de dos siglos discutiendo sobre la revolución ideal. Hannah Arendt decía que la que más se acercaba a la perfección era la americana, porque no atravesó por una fase de terror. En su argumentación, Arendt procuró minimizar detalles como la guerra de la independencia contra los británicos, con momentos bastante terroríficos, y la preservación de la esclavitud. Eric Hobsbawm prefería más bien la revolución francesa y la soviética, en las que la devoción por el bienestar de las masas y por la igualdad comportó un Terror con mayúscula, planificado y metódico.

En esta parte del mundo, la que orbita en torno al imperio estadounidense, llevamos décadas (más bien siglos) de proceso revolucionario. Hablo, por supuesto, de la revolución femenina. Como suele ocurrir con los cambios lentos y profundos, ha habido hitos y retrocesos. No hace tanto que las mujeres tienen derecho a votar (1920 en Estados Unidos, 1931 en España), o sea que hubo que comenzar desde muy abajo, por lo más básico y evidente.

QOSHE - El paréntesis - Enric González
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El paréntesis

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04.02.2024

La revolución es un asunto complicado. Se trata de un fenómeno que, por desgracia, llega sin manual de instrucciones y sin modelo que copiar. Por eso llevamos más de dos siglos discutiendo sobre la revolución ideal. Hannah Arendt decía que la que más se acercaba a la perfección era la........

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