La principal aportación ideológica de nuestra derecha a la política exterior en los últimos lustros ha sido un concepto mercantil: la llamada marca España. Surgida de la cabeza de algún estudiante aznarista de una escuela de negocios, esta fórmula pregona que España es un producto que se vende y se compra; de ahí que Rajoy concediera permisos de residencia (golden visas) a quienes adquirieran aquí pisos de más de medio de millón de euros. Nunca me ha gustado este concepto súper pijo. España no es un producto, es un gran país que tiene sus propios intereses en la escena internacional, intereses que pueden o no coincidir con los de algunos aliados.

Sabido es que nuestra derecha atrapa dos o tres berrinches al día siempre que está en la oposición. Ahora también le parece fatal que Pedro Sánchez viaje al extranjero para recabar apoyos para un pronto reconocimiento del Estado palestino. Esto le parece a la siempre desbocada Díaz Ayuso un premio al “terrorismo de Hamás”. Ayuso no tiene ni idea de que la existencia de dos Estados en Tierra Santa es la doctrina oficial de las Naciones Unidas desde 1947. Ni de que esa doctrina fue consagrada en la Casa Blanca en 1993 con la firma por Isaac Rabín y Yaser Arafat de los Acuerdos de Oslo. MAR no debe haberle apuntado estos datos en la chuleta.

QOSHE - España no tiene por qué esperar la orden de Washington - Javier Valenzuela
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España no tiene por qué esperar la orden de Washington

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18.04.2024

La principal aportación ideológica de nuestra derecha a la política exterior en los últimos lustros ha sido un concepto mercantil: la llamada marca España. Surgida de la cabeza de algún estudiante aznarista de una escuela de negocios, esta fórmula pregona que España es un producto que se vende y se compra; de ahí que........

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