Las manifestaciones del domingo convocadas por el PP en toda España contra la amnistía (o contra Pedro Sánchez) fueron democráticas, legales y a tener en cuenta por un gobierno que echará a andar esta semana. Hay descontento, pero también ha habido desconocimiento sobre la ley de amnistía, que se ha dado a conocer este lunes, tan solo dos días antes de la investidura. La discreción es el primer invitado a cualquier mesa de negociación, pero ha dejado vía libre para que la ideología y el enfado crezcan sin perímetro por falta de contraargumentación y explicación. Había muchas ganas de sable en una parte de la cancha y en la otra no había nadie compareciendo. Ahora que se conoce el detalle no asistiremos a grandes cambios de postura, porque quienes están en la hipérbole desde el 23J no necesitan leer o saber, sino seguir hacia adelante. En ese contexto encontramos palabras tan sonoras que corren el riesgo de resultar ridículas: traición, venta del país, humillación, dictadura, golpe por golpe. Lo que se está poniendo en entredicho es no tanto la ley de amnistía como la legitimidad de pactar, de cambiar de posición o de ceder para llegar a mayorías, algo que ha pasado desde el inicio de la democracia, a menos que alguien pueda pensar que Aznar cedió el IRPF a Pujol por gusto o convencimiento. El mismo Feijóo que se contradijo y cedió en sus pactos de gobierno con Vox el 28M, para gobernar legítimamente, presenta ahora como ilegítima la cesión y el pacto después del 23J.

El salto argumental para decir que esos ciudadanos indignados que salieron a protestar antes de presentarse la ley representan la verdadera democracia, a un país, a “la gente” o que son una alternativa a lo votado es tan arriesgado que puede uno caer en el tirabuzón y partirse la crisma. “No nos callaremos hasta que se vuelva a votar”, dijo en su discurso el presidente del PP, que parece haber olvidado que justamente se acaba de votar y que ganó él. Si lo que pide es volver a las urnas hasta que le dé la aritmética con Vox, quizás sea mucho pedir. Que el PP no sea capaz de pactar más que con la ultraderecha no es culpa de nadie sino demérito del propio partido.

QOSHE - Feijóo busca compañía en la calle ante su soledad en el Congreso - Raquel Ejerique
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Feijóo busca compañía en la calle ante su soledad en el Congreso

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14.11.2023

Las manifestaciones del domingo convocadas por el PP en toda España contra la amnistía (o contra Pedro Sánchez) fueron democráticas, legales y a tener en cuenta por un gobierno que echará a andar esta semana. Hay descontento, pero también ha habido desconocimiento sobre la ley de amnistía, que se ha dado a conocer este lunes, tan solo dos días antes de la investidura. La discreción es el primer invitado a cualquier mesa de negociación, pero ha dejado vía libre para que la ideología y el enfado crezcan sin perímetro por........

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