En marzo de 2020, los whatsapp de ciudadanos, responsables políticos o funcionarios reproducían peticiones desesperadas de búsqueda de mascarillas para trabajadores de la sanidad, transportistas de trenes, periodistas que cubrían la pandemia o trabajadores de supermercados. Algunos bazares hacían donaciones solidarias de tapabocas llegados de Asia y el mundo era un mercado persa donde los que tuvieran contacto con China tenían la llave de la salvación para centenares de personas y también la llave de los contratos. Contratos que fueron legales según el Tribunal de Cuentas –el ministro Óscar Puente ha anunciado una auditoría que ya en parte se ha hecho en el sistema público– aunque tuvieron menos pestillos de seguridad: no se exigió que hubiera varias ofertas ni se publicaron, de manera que se podía invitar directamente a una sociedad a prestar el servicio. Pasó igual con los test covid y los respiradores, aunque en este último caso se consiguió desarrollar en tiempo récord la tecnología para fabricarlos aquí.

El marzo de 2024, la resaca del momento más incierto del mundo en este siglo deja en la orilla un cadáver político, el del exministro José Luis Ábalos. El PSOE de Sánchez, que ya lo dejó caer una vez y nunca aclaró exactamente por qué, lo vuelve a dejar caer tras un comité que tomó este lunes una decisión con pocos antecedentes. Conocido el caso que implica a Koldo García y una veintena de personas más, al PSOE solo le quedaba distinguirse en la gestión que el “partido que vino a acabar con la corrupción” hacía del mismo. Aunque Ábalos se haya ido al Grupo Mixto –el escaño pertenece al diputado y ha decidido no dejarlo– ha perdido su futuro político y será esta su última legislatura. El Gobierno ha perdido un voto favorable seguro en un hemiciclo en el que no va sobrado de síes. La asertividad con la que el partido de Sánchez ha actuado se entiende porque Koldo existió, mandó y pudo forzar a contratar a una empresa concreta únicamente gracias a que José Luis Ábalos lo convirtió en su sombra (también contrató escandalosamente a su mujer). También se entiende porque el PSOE tiene un desgaste con la amnistía, acaba de perder las gallegas y vienen otras dos elecciones, vascas y europeas. Arrastrar el caso con una oposición dispuesta a cambiar amnistía por mascarillas es algo que no se iba a permitir.

QOSHE - Las tres varas de medir mascarillas: Ábalos, Ayuso y Almeida - Raquel Ejerique
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Las tres varas de medir mascarillas: Ábalos, Ayuso y Almeida

16 64
28.02.2024

En marzo de 2020, los whatsapp de ciudadanos, responsables políticos o funcionarios reproducían peticiones desesperadas de búsqueda de mascarillas para trabajadores de la sanidad, transportistas de trenes, periodistas que cubrían la pandemia o trabajadores de supermercados. Algunos bazares hacían donaciones solidarias de tapabocas llegados de Asia y el mundo era un mercado persa donde los que tuvieran contacto con China tenían la llave de la salvación para centenares de personas y también la llave de los contratos. Contratos que fueron legales según el Tribunal de Cuentas –el ministro Óscar........

© eldiario


Get it on Google Play